Capítulo 6

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CAPÍTULO 6

Amber.

Quiero que la tierra me trague y me expulse al lugar más recóndito del mundo.

Me es inevitable no admirar la belleza de James Anderson. Quiero saber que es lo que le cruza por la mente, su mirada es fría e inexpresiva, no demuestra nada y eso es lo que me preocupa.

—Tomen asiento —demanda señalando los sofás en la esquina de la oficina—. Ahí tienen las carpetas con la información y los pasos a seguir en ésta jornada.

Recojo las carpeta que están en la mesita frente al sofá y leo minuciosamente el contenido. Siento su mirada clavada en mi, pero la ignoro sumiendome en el papel de profesional.

—Como ya les habrán informado, el trabajo es grupal y deben hacerlo juntas... —se calla cuando Nataly se levanta de golpe.

—Yo no pienso trabajar con ella —refuta—. Mí trabajo sería un desastre y me haría quedar mal a mí.

Me quedo en mi lugar sin alegar nada, aunque quisiera. Él la mira con el ceño fruncido y Nataly baja la mirada intimidada.

—Señorita Williams, ¿en qué se basa para despreciar el trabajo de su compañera?, ¿ha visto alguno de sus trabajos? —habla tranquilo, pero sin dejar el porte intimidatorio que no deja levantar la vista a Nataly.

—No he visto su trabajo pero...

—Entonces nada —la calla—. Si tanto lo desea, trabaje sola, pero tenga en cuenta que no acaba de actuar como una profesional y debe demostrar que aunque sea, es una persona eficiente.

—Sí señor —contesta volviendo a sentarse en el sofá.

—¿Alguna objeción no profesional, señorita Harrington? —se fija en mí y si las miradas mataran, ya estaría cien metros bajo tierra.

—Ningu... Ninguna señor Anderson —titubeo.

—Entonces comiencen a trabajar —demanda sin un ápice de amabilidad.

Joder, pero que genio. Se quedaron cortas al describirlo.

El hombre que conocí en la discoteca, no se asemeja al que está detrás de un escritorio a metros de mí. El aire divertido y seductor que te hacía salivar ya no está, el que tengo a metros es arrogante y con solo dos palabras es capaz de aplastarte.

Dejo de observarlo y me pongo en la tarea que me impuse, y es demostrar que estoy aquí por algo.

El trabajo no es cualquier trabajo, es un maldito proyecto, tiene todos los temas a tratar y el que sé que se me dificultará, es marketing.

Me tomo mi tiempo, éstos trabajos necesitan maxima concentración y empeño si quieres que sean perfectos.

De vez en vez, entorno mi vista en Nataly que si no me fulmina con la mirada, está babeando en la dirección del jefe.

No entiendo cual es su problema conmigo, no le he hecho nada para ganarme su desprecio y lo que más me molesta, es que se base en que no tengo dinero para desvalorar mi trabajo.

Sonrío victoriosa luego de las tortuosas horas y reviso por décima vez mi trabajo, dándolo por terminado.

Hacerlo sola fue difícil, más no imposible, tomó mucho más del tiempo que usualmente se requiere ya que en efecto, es un proyecto de trabajo grupal.

Me levanto y Nataly me sigue poniendose de pie con su proyecto en mano.

Se me apresura y le entrega primera el proyecto al señor Anderson.

Mi Jefe +18 © [En Proceso]Where stories live. Discover now