Mi Jefe +18 © [En Proceso]

CAPÍTULO 40 - TE AMO

Creo que el nombre del capítulo ya les dice todo, solo me queda decir que escuchen la canción en el momento justo para poder disfrutarlo mejor.

L@s amo.

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CAPÍTULO 40.

Te amo.

Amber.

Muchas cosas ya no son como antes. Yo ya no soy como antes y no sé si eso es bueno o malo. Mis acciones y palabras me están llevando muy lejos, para mal a lo mejor.

Y sí, tal vez el aceptar la invitación de Viktor esta noche no sea lo correcto. Al fin de cuentas, es un desconocido más por el que estoy arriesgando cosas. Tampoco niego que lo hago por fastidiar a James.

James... Con él las cosas van de mal en peor. Después de lo que sucedió entre nosotros esa noche, no me dirije la palabra más que para aparentar una buena relación de trabajo. Las cenas han sido nefastas, ya que no ha conseguido que Maximilian acepte la asociación con la empresa, y se imaginarán cuál es su humor desde entonces. En parte es su culpa, ya que se comporta como un maldito cavernícola y no como el hombre exitoso del que tanto se habla.

Joder. Me preocupa que no se llegue a un acuerdo por sus estados de ánimo.

Salgo de mis cavilaciones al recibir un mensaje de Viktor, donde me avisa que me está esperando en el vestíbulo. Me pidió que fuese elegante y no encontré una opción más que perfecta que un vestido largo negro, de mangas largas y un escote V pronunciado hasta más abajo de mis pechos. Uno de los tantos vestidos que James puso a mi disposición. 

Bajo a los minutos, sin antes retocarme y asegurarme de que estoy en perfectas condiciones. Veo a Viktor sentado en uno de los sillones y al verme se pone inmediatamente de pie.

—Creí que con ese vestido rojo no podrías verte más atractiva, pero me equivoqué. El negro es definitivamente tu color, bella dama.

—Eres realmente un adulador, Viktor —admito al momento en que toma mi mano para besar el dorso. Comienzo a pensar que es un gesto de familia.

—¿Nos vamos? —Ofrece su brazo para que lo cruce con el mío. Me da una sonrisa pícara que le devuelvo.

—Vámonos.

—Tú no vas a ningún lado —la voz que suena a mis espaldas me congela la sonrisa. Tanto Viktor como yo nos enderezamos. Giro sobre mis pies de forma lenta para darle la cara a James que se acerca a nosotros con las manos en los bolsillos de su pantalón.

—¿Eres su dueño o algo parecido? —Viktor me quita la palabra de la boca. Mira con burla al hombre frente a mí que suelta humo por la cabeza. Sus escenas de celos están llegando muy lejos.

—Amber, no vas —se dirige solo a mí, obviando la presencia del alemán a mi derecha.

—No tienes el derecho a decidir por mí y lo sabes.

—Te quedas o él no sale ileso de aquí. Ahora sí puedes decidir —me amenaza en voz baja y le creo.

—Ya déjala... —Viktor hace el amago de jalarme del brazo. Un error que James no pasa desapercibido y que hace él lo empuje lejos de mí. Desconozco la rabia que lo domina.