CAPÍTULO 44 - PROBLEMA DOBLE

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CAPÍTULO 44.

Problema doble.

Amber.

Tengo la gran certeza de que nuestro tiempo juntos se acaba de tatuar en mi alma, con un sentimiento tan inefable que sería un delito lograr darle un nombre a aquello que crece a una medida tan desmesurada en mi corazón. Mi cabeza es eclipsada por pequeños fragmentos de esta semana al observar por medio del espejo del baño las marcas y mordidas que adornan mi cuello y hombros. Aún siento el recorrido tan delicado y excitante de sus manos venerar cada espacio de mi piel.

Cada embestida, cada orgasmo que me lleva al cielo. En la cocina, en el comedor, en la sala, en el cuarto, en el baño, en el porche y en la playa...

Tengo una de las mejores sonrisas dibujada en el rostro, una muy genuina. Finalmente puedo sentir felicidad plena después de tanto. Con la toalla envuelta en mi cuerpo desnudo salgo a revisar mi celular que desde que llegué se ha estado cargando. Ver tantos mensajes sin responder solo me da ganas de apagarlo nuevamente y no verlo más.

Volver a la realidad sí que es un golpe fuerte.

El primer chat que decido abrir es el de Viktor, que es el que más termina por intrigarme al no esperar tener mensajes suyos.

Mentiroso.

Estoy seguro de que ya has regresado a Washington, y no niego que me hubiese encantado pasar más tiempo contigo y llegarte a conocer como lo deseaba.
Nunca había conocido a una mujer tan cautivante como tú. Te mereces que te bajen el mismísimo cielo a tus pies.
Si algún día vuelves y quieres un amante seguro, solo debes enviarme un mensaje.
Besos.

Amber.
Tendré en cuenta tu propuesta, pero espero no tener que tomarla.
Cuídate.

En cuestión de segundos observo el escribiendo, pero al parecer se arrepiente y termina por desconectarse.

Ignoro por completo los mensajes de Pierce, que continúan siendo los mismos de siempre. Más arriba tengo una invitación, es de Scarlett y siendo sincera, no creí que la recibiría, no luego de como acabó nuestra última conversación. Los únicos mensajes que no me atrevo a ver son los de Val. Puedo jurar que debe estar mucho más que enfadada conmigo, y la verdad sí la entiendo.

Luego de pensarlo un poco, decido ir a verla.

Me arreglo un poco y salgo con las llaves del coche, mientras que en el camino hablo con James. Él se adelantó y se fue a la empresa, tiene muchos asuntos inconclusos que atender además del nuevo socio de la corporación.

Cuando llego al departamento de Valerie, un presentimiento se instala en mi pecho. Toco la puerta unas tres veces sin obtener respuesta y eso solo le da mas poder a mi sentimiento. Sé que no debería, pero hago uso de mi llave que nunca devolví y la meto en la cerradura.

Encuentro todo en un pulcro silencio. No hay nadie.

—¿Valerie estás aquí?

Bien, acepto que está vacío. Pero el nudo en mi pecho sigue ahí y decido revisar todo el lugar solo para desaparecerlo. Sin rastros de que alguien estuviese aquí, me adentro a su habitación dónde al ver la luz prendida del cuarto de baño me alarma y como si algo me incitara a adentrarme, lo hago.

Mi Jefe +18 © [En Proceso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora