Capítulo 26

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CAPÍTULO 26

Amber.

Apago la alarma apenas suena. Estuve en vela toda la madrugada con la esperanza de que volviera en algún momento. No lo hizo y me siento una verdadera tonta por esperarlo. Después de todo lo que me dijo y como me trató, aquí sigo. Al parecer, me gusta ser masoquista.

Los ojos me arden y me pican por no dormir, me duele la cabeza y siento el cuerpo pesado, pero debo de ir a la empresa sin importar el qué. No se me olvida quien soy y que soy, no me maté estudiando para tirar a la basura la pasantía.

Cuando me sentí un poco mejor, me bañé, cambié y procedí a bajar a la cocina para hacerme el desayuno. Algo que me dí cuenta es que Evie solo viene cuando es necesario, y para asegurarse que James se encuentre bien. El cariño que ella siente por él es tan bonito, como el de una madre a su hijo y no niego que a veces quisiera recibir algo así. Saber que se siente el cariño maternal.

Revisando lo que podía hacer, decido hacer unos huevos revueltos con tocino, lo más clásico y lo único que tengo a la mano en estos momentos.

Estaba pensando en hablar con Valerie y pedirle ayuda para encontrar un lugar en donde vivir por un tiempo. Como también voy a mandar mi currículum a otras empresas, tengo que tener la mente abierta y ser realista, hay una enorme posibilidad de que el puesto no sea para mí y quedarme sin una entrada económica en mi situación, no es buena idea.

Mí última opción, esa en la que Val no estaría de acuerdo, es pedirle ayuda a sus padres. El señor y la señora Allen siempre me ayudaron en lo que pudieron, tanto a Valerie como a mi a decir verdad. No es una idea que me agrade, pero todo sea por alejarme de James de una vez por todas antes de que sea tarde y las cosas terminen mal.

Pongo en un plato mi desayuno y antes de sentarme a comer reviso la hora en mi celular.

—¡Mierda! —perdí demasiado tiempo en alistarme y cocinar, y ya estoy llegando tarde. Miro mi plato con desilusión, en verdad que tenía hambre, pero no puedo perder más tiempo a menos que quiera un regaño de la señora Ines.

Esa mujer cuando quiere da miedo.

Agarro mi bolso con unos documentos importantes y salgo disparada al elevador. Me sostengo de la pared al marearme de repente, debí tomar algo para el dolor de cabeza y ahora solo empeoró. Corro por el vestíbulo cuando se abre el elevador y al estar cerca de la salida vuelvo a marearme y me tengo de la puerta sintiendo un hormigueo en los dedos. Una de las chicas que trabaja aquí se me acerca preocupada.

«Creí que ya había superado esto»

—Señorita, ¿Se encuentra bien? —me sostiene del brazo.

—Yo… —la cabeza me da vueltas—, estoy algo mareada pero…

La visión me falla y me apoyo en la chica para no desvanecerme.

—¡Señorita! —pierdo el control de mis músculos—, ¡Llamen al señor Anderson! —cierro los ojos completamente y pierdo consciencia en los brazos de la joven, pensando en que debí de desayunar.

• ────── ✾ ────── •

Los párpados me pesan, siento que alguien me revisa y comienzo a escuchar la voz de James y de otro hombre.

—¿Sabe si ha estado sometida a emociones fuertes, estrés o algo que pueda llegar a afectarle? —me obligo a abrir los ojos y reconozco la habitación de James poco a poco. Las sábanas de seda negra me cubren y los rayos del sol me pegan en la cara por los ventanales a mi izquierda. Tengo en frente a un hombre de cabello negro cubierto en gran parte por canas y vestido formalmente con un estetoscopio en el cuello. James está a su lado vestido con unos vaqueros y una camisa celeste. El cabello lo lleva húmedo.

Mi Jefe +18 © [En Proceso]Where stories live. Discover now