Mi Jefe +18 © [En Proceso]

Capítulo 28

CAPÍTULO 28

Amber.

Mi gran pregunta es ¿Qué carajos fue lo que hice?
Ya van dos días desde que estuve en Ecstasy con Scarlett y lo único que recuerdo fue cuando me comenzó a contar lo que quería hacer, mientras me daba ¿Island Ice? ¿Long Island? No tengo la menor idea de que era lo que tomaba, pero si que me encantó y tomé más de 5 copas.

Esa chica es muy extrovertida y sus conversaciones no me hacían consciente de cuanto tomaba.
Por momentos sentía que estaba con Valerie y no con Scarlett. Tienen una personalidad muy similar.

Tengo pequeñas lagunas en la cabeza, una tarima, un rostro que no recuerdo y eso es todo.

No tengo forma de contactarme con Scarlett. No veo a James desde hace más de dos días y no encuentro explicación de como terminé en el penthouse.

Mí móvil vibra en mi bolsillo quitándome de mis cavilaciones. Es una llamada de James y termino por apagarlo para volver a guardarlo en mis vaqueros.

Respiro el aire fresco que se respira gracias al agua. Un puente con una belleza extraordinaria, con tanta paz y no sabía cuanto necesitaba estar aquí hasta ahora. Valerie y yo siempre veníamos aquí para aclarar nuestros pensamientos, desahogarnos y dejar que el viento se lleve nuestras preocupaciones.

Tengo una fascinación con los animales acuáticos, mi sueño es visitar un acuario, pero nunca tengo tiempo de ir. Estar aquí, admirando el río, me hace sentir cerca de esas criaturitas marinas.

Hace meses que no lo visito, necesitaba volver. Me siento lo suficiente abrumada para querer estar sola en el lugar donde más en paz me siento.

No puedo manejar mis emociones y es lo más frustrante de mi vida. No me sentía así ni cuando creía que amaba a mi novio. Estaba tan ciega, que jamás ví que eso no era amor. Era una idea errada de como creía que lo era.

James revoluciona mi vida. Saca mi peor versión, esa que he controlado toda mi vida. Es como si... Si me volviera a sentir viva.

Yo creía que tenía una paciencia infinita, pero gracias a él, puedo salir de quicio con tan poco.

James Anderson definitivamente llegó para mostrarme a alguien a quién no conocía y que me encanta.

Al sentirme liberada, ya dispersa y con lo que voy a hacer una vez vea a James, decido volver a mi tormento.

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Las luces cuando soy recibida en el penthouse están completamente apagadas, lo que me parece raro ya que las dejé prendida antes de salir. En penumbra subo al cuarto y tiro mi bolso en la cama.

Una lámpara es encendida en un rincón cerca de la terraza.

—¡Dios! —doy un brinco del susto al ver a James sentado en una esquina al lado de la lámpara. Tiene un vaso de whisky en la mano, está sin camisa y solo con un pantalón de chandal.

«¡¿Qué le pasa?!»

—¿Dónde estabas? —el sonidito del hielo chocando contra el cristal del vaso que tiene entre sus dedos me pone nerviosa. Me mira fijo sin expresión alguna en su rostro.

—Por ahí —actúo como si su presencia no me afectara y eso parece molestarlo más.

Se levanta dispuesto a venir hacia mi, pero me meto al baño no queriendo verlo ni tenerlo cerca en estos momentos. Empujo la puerta para cerrarla, pero me lo impide colocando un pie. Sin aplicar mucha fuerza abre por completo la puerta y me voy para atrás.