Mi Jefe +18 © [En Proceso]

Capítulo 10

CAPÍTULO 10

Amber.

Solo a mí se me ocurre quedarme dormida en la cama de mi jefe luego de lo que sucedió, ¿dónde estaba mi cabeza?. Fue la situación mas vergonzosa de mi vida, y en el momento que lo vi completamente desnudo, tenías ganas de desaparecerme de la faz de la tierra.

Era demasiada tensión para mi, verlo vestido casual como el día de la discoteca, trajo los vagos recuerdos que quiero eliminar. Es un maldito dios, pero también es mi jefe, y debo saber poner límites. Esto no puedo volver a ocurrir nunca más.

Me quedo esperando en la recepción del edificio a que me entreguen las llaves de repuesto del departamento, porque casualmente, olvidé mi bolso con mi móvil y pertenencias en el coche de Pierce.

Vocabulizo un "gracias" al de recepción cuando me entrega por fin las llaves. Me dirijo con afán al ascensor, presionando mi piso. Los tacones me están torturando, llevo el mismo atuendo de ayer y apesto a alcohol. Necesito un baño con urgencia.

Me quito los tacones cuando las puertas del ascensor se abren y camino hasta la puerta del departamento.

Entro con cuidado, no sé si Val se encuentra aquí.

Mientras me voy adentrando un poco más al departamento, comienzo a escuchar algo. Confundida me acerco más de donde proviene el sonido. Viene de las habitaciones.

Al estar a un par de metros, puedo distinguir los sonidos. Son gemidos, y provienen del cuarto de Valerie.

Trago saliva cuando los sonidos se intensifican, al igual que los gritos de mi amiga, suplicando por "más". Incomoda entro a mi habitación, intentando ignorar las suplicaciones que, para mi mala suerte, se escuchan demasiado bien.

«Ojalá las paredes no fuesen tan delgadas»

Entro al cuarto de baño, despojandome de mi ropa y me adentro bajo el agua fría que logra despavilarme un poco.

Luego de ducharme, me coloco unas panties blancas a conjunto con el brasier, me visto con un vestido simple de color negro que me llega hasta las rodillas y me calzo con unas sandalias bajas.

Salgo de mi habitación agradeciendo que ya no se escucha nada.

Al entrar a la sala, me topo con Valerie y Liam.

—Hola—saludo con una sonrisa un tanto nerviosa.

Val escupe el vaso de agua que estaba tomando.

—Amber, no sabía que estabas aquí—responde asombrada y sus mejillas toman un color carmesí.

Liam también parece incómodo y desvía la mirada.

—Llegué hace un rato—hablo tranquila.

El sonido repentino de la puerta le quita la palabra de la boca y me encamino a abrirla.

Confundida y asombrada lo miro.

—Spencer, que sorpresa, no sabía que vendrías—pasmada forzo una sonrisa—Pasa.

—En realidad, quería invitarte un café en la cafetería que dobla la esquina, claro que si no puedes, no hay problema—se rasca la nuca nervioso.

—Claro, déjame tomar algunas cosas y vamos —lo dejo en la puerta y voy a mi habitación para tomar algo de dinero. Menos mal que en mi bolso no suelo llevar mucho efectivo.

Vuelvo a la puerta y antes de salir le grito a Val:—¡Valerie voy a salir, vuelvo en un rato!.

—¡Cuídate!—la escucho gritar cuando cierro la puerta a mis espaldas.