Capítulo 33

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CAPÍTULO 33

Amber.

El timbre suena dos veces.

Arrojo mi mano tanteando hasta dar con mi celular y ver que son las 7 am. ¿Quién viene a molestar un sábado a las siete de la mañana?

Es imposible que sea Valerie ya que los sábados no se despierta hasta pasada las once.

Busco mi bata y me calzo con unas pantuflas. Ni siquiera me miro al espejo para saber que mi cabello seguramente se parece al de un león y mi  cara debe lucir más que demacrada.
Bajo los escalones con tanta lentitud que parece desesperar a mi visitante e insiste con el timbre dos veces más.

—¡Voy! —abro la puerta completamente y casi me voy de espaldas al ver a James de pie allí—. ¿Qué haces aquí? ¿Cómo supiste dónde vivo?

Ladea la cabeza con una sonrisa y lo dejo allí. Él se apoya en la puerta, cerrandola con su espalda.

—Scarlett es muy fácil de comprar —responde en lo que yo peino mi cabello con los dedos y él sigue mis movimientos.

—Lo suponía —bajo la mirada por sus brazos que se pierden detrás de su espalda—. ¿Qué escondes?

Vuelve a plantar esa sonrisa sensual que siempre me derrite. Saca sus manos de atrás y lo primero que pienso es que es un ramo de rosas... Pero no. Es.... Trago saliva. Es un ramo de libros, y no son cualquier libros.

—Recuerdo que dijiste que siempre los quisiste leer, pero nunca tuviste la oportunidad de leerlos —agarro el ramo con cuidado revisando libro por libro—. Todos los libros de Crepúsculo. No sé mucho de libros, pero la chica dijo que esos eran...

—Te acordaste —musito y lo miro a los ojos, los mios acuosos por las lágrimas de felicidad—. No lo olvidaste.

—¿Crees siquiera que podría olvidar cualquier cosa referente a ti? —su rostro se pone serio—. Toda tú es importante.

—Quiero besarte —una sonrisita lobuna aparece en su rostro.

—Sería una buena forma de pago, pero esta vez quiero otra cosa.

Enarco una ceja.

—¿Otra cosa? ¿Qué otra cosa puede ser mejor que un beso mío?

—Estás haciendo que quiera tirar mis planes a la basura y que te lleve a la habitación para reclamar esos besos —da unos pasos hasta estar peligrosamente muy cerca de mi. Un calor recorre mi cuerpo y puedo jurar que mis mejillas se tornaron carmesí—. Nada es mejor que tus besos, pero hoy quiero que me acompañes a dar un paseo por la ciudad.

—¿A las siete de la mañana?

—Primero me quiero asegurar de que desayunes correctamente; luego lo otro —me quita el ramo y lo pone arriba de la mesa a un lado de nosotros.

—Antes de desayunar, primero me daré un baño porque estoy hecha un asco —aclaro girando hacia las escaleras, pero James me atrae a su cuerpo de un jalón firme pero suave. Sus manos se instalan en mis caderas y mantiene nuestras anatomías pegadas.

—Eres hermosa con ropa, sin ropa, recién levantada o no; nada de eso cambiará que ante mis ojos eres perfecta, Amber —deja un beso en la comisura de mi boca—. Y me ofende muchísimo que no me invites a ducharme contigo —agrega por último y besa mi cuello en lo que suelto una risa.

—Tú lo que menos quieres es ducharte, James.

Agarro una de mis manos y las junta sin entrelazarlas.

Mi Jefe +18 © [En Proceso]Where stories live. Discover now