Capítulo 6.

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Compromiso.

2 días después.

Madison.

Busco entre los grandes libreros de la universidad un libro para mi clase de administración estratégica.

Busco sin obtener resultados, volteo sintiendo que alguien me sigue; no veo a nadie, así que solo continúo buscando.

El grueso libro que quito me muestra al hombre de ojos azules y cabello negro azabache que se encuentra al otro lado.

—Blake. —Saluda a través del librero dedicándome una media sonrisa.

—Maxwell, ven. —Lo llamo a mi lado. Me pego al estante para que quede frente a mí en el estrecho pasillo.

—¿Qué querías hablar en persona?

—Es sobre la fiesta donde anunciaremos nuestro "compromiso" —hago las comillas con mis dedos.

—¿Qué pasa con la fiesta? —pone sus manos contra el estante a los lados de mi cara. Puedo sentir su aliento en mi cara y sus ojos sobre mí. No me molesto en apartarlo, ya que no me intimida.

—Hay que coordinar donde nos iremos, a qué hora y obviamente debemos ir a juego con nuestros vestuarios —se ríe con lo último que digo.

—Vas a desafiar a tu padre, no a un desfile.

—Soy famosa entre los periodistas por mis icónicos vestuarios en las fiestas y eventos —le cuento como si fuésemos amigos cercanos—, aunque hasta hace poco tiempo no vestía libremente, de igual forma, siempre era icónica, no podemos arruinar la bonita costumbre.

—Bien —se rinde—. ¿Qué planeaste?

—Mi mamá me dio una tarjeta con un millón de libras, así que solamente podré pagar mi ropa y tú la tuya —le informo—, vendrá mi sastre personal y nos hará trajes a la medida, será un estilo entre gala y sensual.

—¿Cuándo y dónde? —me pregunta quitando sus manos del estante y cruzándose de brazos.

—Nos veremos hoy en tu departamento, a las cuatro cuando salgamos de aquí. Debemos apurarnos porque la fiesta es en dos días. —Le informo y me repara con descaro.

—¿Desde cuándo tomas decisiones sobre mis propiedades?

—Desde que soy tu prometida, cariño —bromeo colocando mi mano en su hombro—. Por cierto, me falta un anillo de bodas, sorpréndeme —le muestro mi mano vacía.

—A ti de verdad que te fallan las neuronas. —Se ríe con mis ocurrencias.

—Ya lo sé, es algo hereditario. —Salgo del pasillo en busca de mi libro, por fin lo encuentro y él se va al campo de fútbol cuando Jacob viene a buscarlo.

Todo el día transcurre entre clases, números, exposiciones y las charlas con Cami. Siento un vacío repentino cada vez que recuerdo a mi padre y las cosas que hizo, pero decido ignorarlas concentrándome en otras cosas.

Sé que está mal no afrontar los sentimientos y problemas, pero prefiero eso a amargarme todo el día pensando en ellos.

Al parecer Theo habló con Isabella, hoy se ve más sociable y feliz. De seguro para ella también era un peso tener que fingir una relación con él mientras amaba a alguien más.

—Así que hoy me tocará irme sola porque te irás con tu galán de ojos azules. —Cami me abraza por la espalda llegando de repente al campo de fútbol, llevo media hora esperando que Maxwell termine su práctica.

—Cami... ya te dije que no es mi galán. Solo será una mentira para joder a mi papá y al suyo por ambiciosos, manipuladores y controladores.

—Ya lo sé, pero de igual forma será tu galán —se ríe abrazándome más fuerte—. ¡A que no sabes quién me invitó a la fiesta del domingo!

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