Extra: Azules como el mar.

14.1K 1K 419
                                    


Madison.

—Mami, este vestido pica —me quejo con mi mamá—. Yo quiero usar vestidos lindos como el tuyo, no estos de niña.

—Mads, tienes siete años, eres una niña y vamos a una boda donde lanzaras las flores de la novia, debes seguir el protocolo.

Me quejo cruzándome de brazos, lo único bueno será que me tomaran fotos y me veré con mi mejor amigo. Él es lindo y muy atento, mi parte favorita es molestarlo y que siempre me sigue las travesuras.

—Vamos. —Mamá toma mi mano libre guiándome a la puerta de la iglesia. En la otra llevo la canasta con florecitas.

Todos los que están aquí me miran diciendo cosas lindas sobre mi vestido. Mi papi se une a nosotras, él luce fantástico, es como un héroe para mí, siempre me da todo lo que pido y me lleva a patinar sobre el hielo.

Papá me levanta del piso cargándome en brazos y dando besos por toda mi cara. Su barba pica haciéndome reír.

—¡Ya, papá! —dejo salir una carcajada.

—¡Voy a comerme a esta pequeña mocosa! —dice dando mordidas pequeñas en mis brazos delgados. Sus dedos hacen cosquillas en mi panza.

Un auto se estaciona y de él sale mi mejor amigo. Bajo rápido de los brazos de mi papá corriendo a su dirección.

—¡Theo! —chillo y sonríe abriendo sus brazos. Corro a él y me abraza levantándome un poquito del piso, él es más grande que yo. Qué injusto.

—¡Hola! —sonríe, es muy, muy lindo—. ¿Cómo estás?

—¡Bien! ¿Te gusta mi vestido? —doy una vuelta y sonríe asintiendo.

Mi madre saluda a la suya y me doy cuenta de que ni note la presencia de los señores. Su padre y el mío se dan un apretón de manos, ellos son mejores amigos como Theo y yo.

—Hola, Tanya y Timothée —los saludo—, ¿cómo están?

—Muy bien pequeña Madison, ¿cómo estás tú? —pregunta la mamá de mi amigo. Su padre me da la mano y le doy la mía.

—Feliz, mamá no me quiso vestir como ella, pero igual luzco linda —cuento, feliz. Tomo la mano de Theo—. ¡Vamos, ya casi hay que entrar!

Corremos a la puerta gigante. Todos esperamos un rato hasta que llega la mujer de blanco, es la novia. Su vestido es como el de una princesa de ensueños, es muy hermosa. Yo quiero verme así algún día con un novio lindo e inteligente.

Mi mejor amigo se para a mi lado sosteniendo otra canasta de pétalos. Todos se sientan y una música linda empieza a sonar, nosotros entramos antes que la novia vestida de princesa. Lanzo pétalos al piso y hacia arriba dejándolos caer, Theo hace lo mismo hasta acabarlos.

Pasa todo y la novia entra, su vestido se ve más bonito ahora, es una chica linda, es amiga de mi mamá y de la de Theo. Todo pasa muy rápido y los novios se acercan. Cubro mis ojos cuando pegan sus bocas compartiendo saliva, qué asco. Mi mejor amigo se ríe de mí viendo como ellos pasan saliva.

—Qué asco —digo arrugando la nariz.

—No es para tanto, es solo un beso —dice rodando los ojos.

—Sí, por eso, qué asco. ¡Están compartiendo babas! —se le sale una carcajada que me hace enojar.

Recibimos las canastas llenas de flores otra vez, ahora estamos saliendo de la iglesia gigante y vamos al frente de todos. Él se sigue burlando de mí haciéndome molestar.

—¡Deja de reírte!

—Están compartiendo babas —me burla. Molesta, tomo un puño de flores y se lo meto en la boca. Las escupe tosiendo y escupiendo mientras yo me río.

Nuestro.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora