Capítulo 9.

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Celos.

Madison.

—¿Van a jugar en la semifinal? —le pregunto a los chicos mientras caminamos al campo.

—Obvio que sí, Castaña —contesta Jacob, me gusta que me llame así, es un lindo apodo—. El entrenador no puede perderse a esta belleza en su equipo.

Camila camina enganchada al brazo de Jacob mientras Theo y yo nos vamos juntos pero sueltos.

Las chicas se quedan admirando a los galanes que vienen con nosotras y no es para menos. Los Blake tenemos un aura llamativa e imponente, si le sumas la de los Maxwell, los Miller y los Longwell no pasamos desapercibidos en ningún lugar.

Heather, una de las integrantes del equipo, se levanta y nos saluda haciendo una pausa en Theo con quien quiere entablar conversación.

—Sí, te he visto y juegas fantástico —le dice acariciando su hombro levemente.

—Gracias, tienes unos lindos ojos. —Le dice él al ver la heterocromía en sus ojos, uno marrón y uno verde.

—Gracias —le contesta con una sonrisa, el rojo subiendo a sus mejillas. Reparo al hombro a mi lado levantando las cejas y mordiendo mis mejillas por dentro—, tus ojos también son hermoso, son tan azules como el mar.

«Son tan azules como el mar» la vocecita de mi cabeza la burla. No son celos, pero esa es una frase que YO le decía constantemente cuando éramos niños.

—Sí, mi prometida me lo dice todo el tiempo —me abraza acercándome a él. Quito el cabello de mi cara con la mano izquierda, la gema verde brilla con la luz del atardecer.

—¿Dónde está Isabella? —pregunto para salir del momento tan incómodo.

—Se está cambiando, un chico la trajo hace unos momentos —sonrío con la última parte, me alegra que ya pueda estar con quien quiere.

—Bueno, ustedes vayan a su entrenamiento que nosotras nos vamos a cambiar. —Salgo de los brazos de Theo despegando a Camila de Jacob, parecen chicles.

Una mano fuerte me sujeta de la muñeca haciéndome girar, al instante estampa sus labios en los míos y mi pecho choca con el suyo.

—Despídete de tu prometido —susurra pegado a mis labios.

—Contrólate, me voy contigo saliendo de los ensayos. —Me da un beso casto antes de soltarme.

Alcanzo a escuchar las palmadas que le da Jacob en la espalda mientras se ríe. Sabrá Dios por qué.

Entro al vestidor encontrándome con Isa, trae el pelo sujeto en una cola alta y se ve muy guapa con el uniforme.

—¡Hola! —nos saluda con una sonrisa.

—Hola, ¿cómo has estado? —le pregunto, mientras Cami la saluda con un abrazo.

—Muy bien, me encanto la propuesta de matrimonio —termina de guardar sus cosas—, fue muy del estilo de Theo.

—Sobre eso... no quiero que haya discordia o problemas entre nosotras por Theo —me acerco a ella.

—¡No! ¿Por qué habría problemas? —toma mis manos entre las suyas—. Escucha, Theo y yo somos muy buenos amigos, pero solo eso. Nunca hubo un amor sexual o romántico, ni nada, es más, yo estoy en una relación con alguien más y con el compromiso de ustedes, al fin pude anunciarla públicamente. Con mi rompimiento público con Theo, tomé la valentía de hablar con mis padres y ellos entendieron que casándome sin amor nunca sería feliz, así que aceptaron a mi pareja y ahora estoy más feliz que nunca.

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