Capítulo 21.

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Como la buena amiga que soy, les aviso que vayan buscando pañuelos.

Objeto.

Madison.

Tomo mi celular revisando la hora, son las seis de la mañana. La fiesta duró hasta las doce porque todos estábamos cansados. Todos en la suite duermen, es lunes y en unas horas volveremos a Londres, pero yo no pude conciliar el sueño.

La llamada de Ethan sigue en mi cabeza y la duda latente en mi pecho. Él me iba a decir algo si Bobbie no hubiera interrumpido...

Aprovecho que está dormido y me levanto caminando al balcón, tomo mi celular y entro a los mensajes. Hay uno de un número desconocido, es un mensaje de voz.

Decido reproducirlo.

«—Timothée. —es la voz de Theo.

—Theo —es su padre—, ¿cómo avanza todo?

—Bien, todo va acorde a tu idea.

—Me alegra —Timothée hace una pausa—. ¿Sospecha? —¿A quién se refiere?

—No, parece que dudarás de mí.

—No me gusta cómo te ves, dudas, y si dudas fracasas.

—No dudo, jamás lo hago —contesta Theo—. Las cosas siempre salen como quiero.

—Te rehúsas a lo que pido y eso me hace dudar.

—No haré lo que pides porque la quiero fuera de esto —hay unos segundos de silencio—, te dije desde un inicio mis condiciones y la mayoría giran en torno a ella, sácala de esto.

—Bien, entonces enfócate y deja las niñerías que estás haciendo —le dice—, no me gusta el rumbo que le das.

—Le daré el rumbo que quiera, si no te gusta, pues acóplate o hazlo tú».

Es el final del audio.

Siento un vacío en mi pecho, a qué mierda se refería con "¿Sospecha?". No me aguanto y camino hasta él.

—Theo, levántate —toco su hombro moviéndolo—. Levántate, por favor.

—¿Qué sucede? —Pregunta abriendo los ojos.

—Levántate, tenemos que hablar. —Yo misma temo del tono de mi voz. Se levanta y sale al balcón conmigo.

—¿Qué pa...? —No lo dejo terminar.

—¿Qué es lo que me ibas a decir el día en el café y luego en el palacio? —Su semblante cambia al instante—. Por favor, dime que el audio que acabo de escuchar no es lo que creo...

Le paso el teléfono y con la primera oración me mira directo a los ojos.

—No es lo que piensas... —dice deteniendo el audio.

—Entonces, ¿qué es? —pregunto con mi barbilla temblando y un nudo en la garganta—. Porque si con "Sospecha" se refiere a que estás conmigo por un plan... te juro por Dios, que no me vuelves a ver en tu maldita vida.

—No... ¿cómo se te ocurre? —trata de tomarme de las manos y lo aparto—. No tiene nada que ver contigo, es con tu padre. Yo en ningún momento te he interrogado o preguntado nada sobre él o sus negocios, no tienes nada que ver con esto...

—Sé claro, ¿cuál es el maldito plan detrás de todo esto? —La frialdad de mi voz lo hace pasar saliva.

—El día del falso compromiso... una chica entró después de nosotros y ella estaba encargada de conquistar a tu padre para sacarle información y poder mandarlo a la cárcel —me mira directo a los ojos—, con sospecha se refería a él, no a ti... Pero mi papá quería que pusiera un micrófono en tu celular.

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