6 - El mundo es muy pequeño

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Jimin bebió un trago de su café, buscando ignorar a Yunho, él estaba haciendo muchas preguntas y Jimin daba pocas respuestas. Había llegado tarde a la universidad, se retrasó diez minutos, algo que no era común en él, aunque no tenía de qué preocuparse, ese retraso solo le quitó minutos de conversación con sus colegas, no de clases, así que no era un problema en realidad.

De lunes a jueves, Jimin iba a la universidad caminando, acompañado de Makki. Solo los viernes, cuando ella iba a su día de descanso en el spa, es que Jimin iba con Yunho en su auto. Lo hacían así por varios motivos; el primero era que no manejaban los mismos horarios de clases, coincidían en pocos, algunas veces Jimin se quedaba más tiempo y otras, Yunho.

—Dime por qué llegaste tarde —dijo Yunho en un descanso en común que tenían—, nunca llegas tarde, incluso llegas antes que cualquiera que venga en auto.

—Ya te lo dije, tomé una calle equivocada.

Yunho lo observó en silencio por un tiempo prolongado, analizando su excusa, que le parecía la más tonta que se le pudo haber ocurrido. Jimin podía hacer más que eso, sin embargo, el hecho de haber optado por esa excusa demostraba que estaba mentalmente agotado.

—¿Crees que soy tonto? —Reclamó, Jimin frunció los labios y consigo que Yunho lo empujara un poco—. Makki conoce el camino de tu departamento hasta la universidad, es un kilómetro y medio que recorre de ida y vuelta hace dos años, y conoce la universidad mejor que yo, así que no tomaste una calle equivocada.

—Son apenas las once de la mañana, es temprano para los reclamos —murmuró volviendo a beber su café—. Me desperté unos minutos tarde...

—Makki siempre...

—Sí, sí, sí, ya sé que Makki me despierta todos los días a las seis y media —interrumpió lanzando la cabeza hacia atrás—. Me quedé hablando con Jungkook hasta muy tarde.

Hubo un momento de silencio, en el que Yunho no hizo más que mirarlo, y Jimin sabía que lo estaba haciendo, así que se rascó la nunca un poco incómodo, entonces sintió como alguien le arrebataba su vaso de café.

—Lo sé —respondió por fin su mejor amigo, bebiendo un trago y devolviéndoselo, Jimin levantó una ceja—. Llevas puesto lentes de sol, llegas tarde, bebes café a las once de la mañana y probablemente este sea el tercero y ya bostezaste dos veces desde que nos sentamos —en ese momento Jimin soltó un pequeño bostezo pero se apresuró a cerrar la boca—, tres veces.

—Bien, sí, me costó despertarme esta mañana, no suelo dormir tan tarde —admitió—, pero estábamos hablando tan bien, Yuyu... creo que yo me quedé dormido primero, Dios... no sabes la vergüenza que sentí al escuchar mi último audio esta mañana, sonaba tan adormilado, apenas se me entendía.

—¿Por qué no solo le escribiste?

—Porque creo que le di a entender que no puedo escribir en el celular.

—¿Cómo no vas a poder escribir en el celular? ¡Mandas biblias enteras!

—Bueno, pero él no sabe eso.

—¿Y por qué demonios...?

—Cuando lo conocí, le dije que no me escribiera, sino que me enviara audios o me llamara, creo que eso le dio la idea de que no puedo escribir en el celular —Yunho guardó silencio—, es que me gusta mucho su voz, no tienes idea...

—Tres días, Jimin —dijo Yunho mirando a su mejor amigo—, lo conociste el viernes, deberías ir con más calma.

—¡Lo sé! No estoy hablando de una boda, solo digo que me gusta y lo pongo nervioso —sonrió—, así que creo que le gusto también.

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