Look at me || KOOKMIN

« EPÍLOGO »

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Jimin empujó a Jungkook sobre la cama y este no demoró en estirarlo con él. Rápidamente se acomodó sobre sus piernas, pasando sus manos sobre su pecho aún cubierto por la camisa, ya que el saco y el moño habían quedado olvidados hace muchos besos atrás.

Jimin se inclinó para alcanzar su boca y Jungkook ya lo esperaba con los labios separados.

—Te escuchabas tan sexy dando tu discurso hoy —susurró empezando a desabrochar los botones de la camisa—. Y el beso que me diste cuando dijeron tu nombre... estoy aguantando las ganas desde entonces.

—¿Y qué se siente ser el prometido del mejor actor del año? —Preguntó, pasando sus manos por su espalda hasta llegar a su trasero.

—Se siente igual de bien que ser el prometido del ganador a mejor artista nuevo —sonrió—. ¿No querías ser cantante ni actor, cierto? —Se burló, quitándole la camisa y arrojándola lejos en la habitación.

Jungkook miró su pecho desnudo, Jimin aún no lo había tocado en esa zona, por lo que, seguía sin saberlo.

No iba a decírselo él, llevaba poco más de treinta días evadiendo con mucho esfuerzo y sufrimiento las insinuaciones de su prometido, excusándose con trabajo, cansancio, algún malestar o cualquier otra cosa que se le ocurriera en el momento, no quería que Jimin lo tocara hasta que estuviera completamente cicatrizado, de lo contrario, se arruinaría la sorpresa.

Le tocó hacer cálculos de días para llegar a esa noche exacta. Sabía que no tendría forma de escapar del sexo de celebración, así que estaba feliz porque todo salió justo como esperaba.

Y luego de tanto tiempo, los dos morían de ganas.

Iba a hacer valer esos treinta días.

—Hoy quiero... —Jimin pasó sus manos por el pecho de Jungkook y el modelo lo miró impaciente, tenía los labios separados, rojos e hinchados por la sesión de besos que se dieron en el auto de camino a casa, el cabello despeinado y sus mejillas con un ligero tono rosa que lo hacía ver adorable—. Kook...

—¿Sí? —Preguntó, irguiendo la espalda y sosteniendo a Jimin de la cintura para que no se moviera—. ¿Qué ocurre?

Jimin agachó un poco la cabeza y volvió a pasar los dedos por el pecho de su novio, mordiéndose el labio al sentir lo que al principio pensó que fue un error, pero no lo era.

—Jungkook, ¿qué...?

—Hace un par de meses, luego de tener sexo, me dijiste que envidiabas a las personas que podían ver mis tatuajes —susurró, acercándose a su boca—. Así que quise hacerme uno especial solo para ti...

Jimin jadeó, sentía muchas cosas de pronto y se sentía un poco abrumado; los besos húmedos de Jungkook sobre su cuello, sus manos estrujando su trasero, sus entrepiernas presionándose entre sí y su propio nombre bajo sus dedos, en la piel del hombre que más amaba en todo el mundo.

—¿Qué es...?

—Es como un tatuaje con relieve —explicó, sin detener sus besos, también empezó a dejar pequeños mordiscos—. Se llama escarificación... es tu nombre, en dirección a mi corazón, escrito en braille...

Jimin pasó los dedos por el pecho de Jungkook, podía sentir los latidos de su corazón, los deslizó a un lado y efectivamente, pudo leer su nombre completo escrito en braille.

Jungkook lo sostuvo con más firmeza para poder girar en la cama, esta vez fue él quien empezó a desprender los botones de la camisa de su prometido, que seguía con la mano contra él, bastante consternado.