37 - Pregúntamelo en la mañana

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Los días siguieron pasando... lamentablemente, y nada mejoraba, como era de esperarse. Todos sus alumnos podían notar que, efectivamente, algo ocurría con su profesor, parecía ya no sonreír como antes y jamás lo habían visto utilizar lentes de sol por dos semanas completas seguidas, no se reía de los chistes con tantas ganas y los que lo conocían bien, sabían que había bajado de peso.

Otros alumnos que notaron que algo no iba del todo bien con su profesor favorito, eran los alumnos de Namjoon. Él iba al trabajo, porque debía ir, pero no era el mismo, es decir, él se esforzaba más por disimular porque no quería preocupar a nadie, aunque sus colegas no eran tontos, ya llevaban conviviendo con él un tiempo como para saber que, efectivamente, algo pasaba.

Otro que sabía de sobra que la actitud de Namjoon no era normal en él, era Soobin. Ese día lo interrogó por más de cuarenta minutos, mientras Namjoon cenaba el pollo frito con arroz que habían pedido, pero no consiguió sacarle la más mínima información.

Si quisiera hablar de esto, te lo diría —fue lo que soltó antes de encerrarse en su habitación con un pack de cervezas para seguir llorando.

¿Cómo era posible que todo estuviera pasando al mismo tiempo? Soobin tenía a sus dos hermanos mayores encerrados en sus habitaciones llorando por alguien, porque Soobin no era idiota, sabía que Namjoon lloraba por alguien y lo último que quería pensar era que se debía a su ex, es decir, Soobin esperaba cualquier cosa, esperaba lo que fuera; no que estuviera llorándole a un ex que valía lo mismo que una mierda seca pisada en un parque.

A estas alturas, Namjoon no sabía si era mejor llorar por su ex o por Seokjin. Era la primera vez desde que se conocieron, que llevaban veintiún días sin verse, hablarse y tener sexo... estaba más bien sobreviviendo y necesitaba seguir así, necesitaba seguir alejado del celular, distrayéndose con otras actividades, haciendo lo que fuera necesario para continuar en ese tormentoso y horrible camino de sanar un corazón roto luego de que alguien básicamente te gritara en la cara que no eras correspondido, que te quedaste queriendo solo como un idiota...

El viernes, Jimin se negó a salir una vez más. Yunho y Mingi, en lugar de cancelar sus planes, lo incluyeron, tenían pensado hacer pasta al pesto juntos, así que pusieron al profesor de música a hervir el fideo.

—Yo voy —dijo Soobin poniéndose de pie, estaban en la sala a oscuras, viendo una película de terror, cada uno envuelto en una manta y Namjoon por primera vez, parecía sumergido en la trama de una película y no en sus recuerdos con Seokjin—. ¿Pediste más comida?

—No —dijo pausando la película—. Aunque creo que debimos pedir otra pizza, tengo hambre.

Soobin se rio llegando a la puerta, cuando la abrió, la sonrisa no solo se borró, sino que su rostro era de confusión absoluta. Miró en dirección a su hermano por un momento, para luego mirar al recién llegado.

—¿Seokjin hyung? —Dijo, arrimándose un poco más para confirmar que se trataba de él—. ¿Qué...?

Cuando Namjoon escuchó su nombre, sintió que el aire le faltaba, justo como ayer, cuando por milésima vez, se abrazaba a la almohada que Seokjin acostumbraba usar cuando reposaba su cuerpo unos minutos luego de tener sexo y antes de marcharse, esa era su almohada favorita, pero Namjoon permitía que él la use siempre que quería.

Se puso de pie, dejando la manta tirada en el suelo.

Soobin miró a su hermano acercarse a la puerta con los ojos húmedos antes de llegar. ¿Por qué su hermano parecía querer llorar? ¿Y por qué Seokjin estaba parado en el umbral de su puerta visiblemente ebrio, con los ojos al tope de rojos y mojados también? Más confusión...

Look at me || KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora