40 - Un cheque en blanco

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La noche avanzó un poco más y Seokjin, sobre las once, consiguió utilizar un breve instante de silencio para despedirse del grupo, no dio más explicaciones que un simple; tengo que irme.

—¿Está todo bien? —Preguntó Namjoon, cuando se estaban despidiendo en el estacionamiento del bar, vinieron juntos, por lo que Namjoon tendría que irse con Yunho o Yoongi—. No te ves bien...

—Yo estoy bien, cielo —respondió rodeándolo con sus brazos y dándole un beso en la frente para tranquilizarlo—. Iré con Jungkook.

—Oh...

—Sé que lo odias.

—No lo odio —dijo—. Yunho lo odia por todos nosotros, eso es suficiente.

Seokjin se rio antes de darle otro beso en los labios.

—Avísame cuando estés en casa —dijo el mayor quitándole la alarma al auto—. Lamento irme así.

—Está bien, yo me iré con Yoongi —sonrió—. ¿Jungkook está bien?

—Sí... no... es decir... él ha vuelto a fumar y... —agachó un poco la cabeza—, en realidad no sé qué más ha hecho, espero que solo eso.

Jungkook había probado drogas en el pasado, más de una vez. Sin embargo, se mantuvo limpio desde que obtuvo la custodia de sus hermanos, porque si alguien se enteraba, era probable que jamás los volviera a ver o peor, que ellos tuvieran que volver con sus padres, así que no iba a correr ese riesgo. ¿Tampoco ahora, cierto? Jungkook jamás se atrevería a poner en riesgo la custodia de Taehyun y Kai, por muy deprimido que estuviera, no lo haría.

—No sabía que fumaba.

—Empezó cuando era joven, como a los catorce o quince, lo hacía para controlar el estrés del trabajo, sus padres no lo dejaban ir a terapia porque decía que eso le quitaba tiempo —resopló, Seokjin conocía todas las historias de Jungkook, conocía todos sus secretos oscuros y conocía toda su historia de pies a cabeza—. No lo quiero justificar Nam, de hecho, soy el que más le dice que es un imbécil, pero Jungkook ha pasado por mucho, créeme y él... la confianza es algo demasiado importante para él, la confianza representa algo más allá de lo que representa para nosotros, él fue traicionado por sus propios padres, por las personas que debieron cuidarlo y amarlo, él... no lo estoy justificando —repitió—, él ama a Jimin, solo que no sabe cómo enfrentar estas cosas, es difícil porque le recuerda a sus padres, él no tenía en quien confiar cuando era niño, así que cuando confía en alguien ahora y cree que esa persona lo traiciona, es catastrófico, es impulsivo y lo que para nosotros pudo arreglarse con una conversación para él... es mucho más grande, lo supera... y lo suyo con Jimin era nuevo, era frágil aún, por eso reaccionó de esa manera.

—Lo bueno es que no lo querías justificar —murmuró.

—Sí, lo siento... lo siento, él es mi mejor amigo y aunque se comporte como idiota, siempre veré por él.

—Lo entiendo —dijo acariciando su mejilla con el dorso de la mano—. Soy capaz de entender por qué Jungkook actúa como actúa, pero Jimin es mi hermano y siempre veré por él.

Seokjin asintió, abrazándolo.

—¿Nosotros estamos bien?

—Claro que sí, amor —respondió Namjoon, abrazándolo también—. Nos vemos mañana.

—Sí, llevaré el desayuno a tu departamento —sugirió, abriendo la puerta del auto—. ¿Waffles para Soobin?

—Uh, sí... te lo estás ganando a base de comida —sonrió, Seokjin se carcajeó—. Te quiero.

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