36 - Un vicio por otro

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Los días eran terribles, si no fuera por Mark, Jungkook ni siquiera diferenciaría los días. Es decir, su agenda seguía completamente igual, iba a las citas que le correspondía, las reuniones que tanto odiaba parecían hacerse más largas y voluntariamente incrementó sus horas en el gimnasio, tenía que cumplir con varios compromisos que tenía con las marcas que representaba, pero ganas le faltaban, porque a donde sea que fuera, siempre había alguien preguntando por Jimin y es que... joder, solo había pasado una semana, una maldita semana y Jungkook estaba al borde del colapso porque el alivio del que todos hablaban que existía luego de llorar, simplemente no llegaba. ¿Cuánto más debía llorar? ¿Cuánto más tenía que doler para empezar a sentirse mejor?

El viernes, luego de una semana y un día del trágico acontecimiento, Taehyun se sentó al lado de Jungkook en el sofá, el modelo fingía que veía una película, cuando en realidad solo estaba intentando engañar a su mente para que no acabara pensando en Jimin nuevamente.

—¿Quieres salir a cenar? —Preguntó Taehyun mirándolo—. Un nuevo restaurante de comida mexicana abrió a unas calles, mis compañeros fueron ayer y dijeron que sus tacos son lo más parecidos a los originales —Jungkook lo miró—. Tienen micheladas, no sé qué son, pero las quiero probar.

—Es un coctel —le contó Jungkook pausando la película—, tiene alcohol, no la puedes probar.

—Entonces agua de horchata —dijo—, tampoco sé qué es, pero se llama agua... —Jungkook, sin quererlo, se rio—. ¿Vamos?

—¿No saldrás con tus amigos? Es viernes y hay fiestas de Halloween en todas partes, me sorprende que tú no hayas hecho una.

—Es aburrido —mintió, porque moría por ir a alguna—. No es la gran cosa.

—¿Así que no saldrás? —Jungkook no se oía convencido.

—No —se encogió de hombros, de hecho, sus amigos tenían planes y él estaba invitado, pero ver a su hermano sentado solo en el sofá un viernes en la noche, le parecía deprimente, Kai de nuevo se iba a quedar a dormir en casa de un compañero, así que no le pareció justo dejarlo solo—. Los veo en la escuela todo el tiempo, me aburren —Jungkook sonrió un poco—. Vamos, quiero comer tacos de birria, no tienen alcohol, ¿cierto?

—No, no tienen —respondió el modelo riendo y poniéndose de pie—. De acuerdo, vamos...

«»

Jimin estaba tendido en su cama, con Yunho a un lado, llevaban al menos media hora en completo silencio, escuchando solo las respiraciones del otro y, posteriormente, el sollozo de Jimin que fue incrementando que acabó convirtiéndose en un llanto ahogado contra su almohada. No se sentía bien, se sentía destruido, más triste de lo que recordaba haber sentido en toda su vida y Yunho no tenía forma de consolarlo.

—Salgamos a cenar —propuso Yunho dando unos golpecitos en su espalda—. Tomemos aire fresco, caminemos un poco.

—No quiso —sollozó, aun contra su almohada—, quiero a Jungkook, lo extraño...

—Jimin...

—En verdad lo extraño, así que no te atrevas a hablar mal de él.

—Eres mi mejor amigo —dijo—, eres mi hermano, ¿de acuerdo? Y pase lo que pase yo estaré de tu lado, es decir, si tu mataras a alguien, yo creeré que tuviste un motivo lo suficientemente valido y me haría tu cómplice, ¿lo sabes verdad? Sé que tu harías lo mismo.

—No dejaré que mates a Jungkook —se quejó, golpeándolo en el hombro, Yunho se rio.

—El punto es que, siempre estaré de tu lado, aunque crea que estás equivocado, yo siempre estaré de tu lado.

Look at me || KOOKMINWhere stories live. Discover now