Capítulo N° 51

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Pese al entusiasmo por la boda, se habían dedicado a entrenar y preparar sus armas. Erica practicó el lanzamiento de cuchillos hasta el cansancio, sobresforzando su cuerpo al límite, pues le había prometido a Lucas regresar con vida, y para ello debía ser incluso mejor.

El Loco entrenaba junto a Sveta, mientras que Chris y Thamma lo hacían por separado.

El ambiente en la casa era extraño, alegre pero lleno de ansiedad y preocupación. Rata y Fosa ya estaban al tanto de la situación, tanto de la batalla que se efectuaría en la mansión Moms, como la despedida de soltero y la boda. Incluso Sveta ya tenía un salón y las tarjetas de invitación listas.

—Debo irme otra vez con Fosa a entrenar —dijo Erica al Loco, jadeante por pelear con Sveta—. Le llevaré la tarjeta también.

—Ni te gastes en hacerlo, él no va a venir —dijo con un chasquido de lengua—. Odia los lugares llenos de gente y los ruidos molestos, no va a venir.

—De todas formas quiero dársela, es tu amigo y es mi mentor.

Él dejó ir un suspiro y apoyó su mano en la mejilla de ella, con cariño, para luego darle un beso.

—Está bien, mein engel. Andá con cuidado.

Ella asintió y luego de besarlo nuevamente subió las escaleras para poder dirigirse al garage y así tomar su motocicleta. Se puso el casco y salió de allí muy animada, porque aunque Fosa era muy estricto y duro al entrenarla, podía notar sus avances y se sentía mucho más fuerte.

Cuando llegó al galpón estacionó la moto con cuidado y se acercó a aquel hombre que limpiaba su pistola de forma meticulosa y tranquila. Estaba desarmada y las limpiaba por partes.

—Puntual, sigue siendo una sorpresa —dijo Fosa sin prestarle mucha atención—. ¿Trajiste tus propios cuchillos o necesitás que te los de yo?

—Los traje, pero creí que practicaríamos cuerpo a cuerpo.

—No, ya estás lo suficiente avanzada por ese lado. Necesitás reforzar tus otras habilidades —explicó, atento a su limpieza—. Hay un par de blancos en la pared, quiero que los lances desde donde estás.

—Pero... es muy lejos...

—Excusas, Wolff y Kolzova pueden hacerlo.

—¡Pero ellos llevan años siendo locos! —chilló Erica con fastidio.

—Sigo escuchando excusas.

Con molestia y mascullando cientos de insultos en francés y español entremezclados, Erica se colocó los arneses con cuchillos en las piernas y tomó uno entre sus dedos. No estaba segura de qué tipo de lanzamiento hacer, pues para hacerlo con giro tenía que calcular la distancia. Respiró hondo y lanzó uno de forma horizontal, y aunque no dio en el blanco sí estuvo cerca.

—¿Los lanzás de a uno? —inquirió Fosa con una ceja levantada—. Practicá hacerlo con ambas manos para hacer dos lanzamientos a la vez. Perdés demasiado tiempo crucial.

Con un chasquido de lengua Erica tomó dos cuchillos y los lanzó a los blancos, el de su mano derecha se clavó en un círculo cercano al centro, sin embargo el de la izquierda ni siquiera tocó la madera, se clavó en la pared de yeso.

Estuvo lanzando con diferentes requerimientos de Fosa, y cuando Erica se enfadó y le dijo que lo hiciera él, Fosa lanzó un grupo de cuchillos desde su ubicación y con una mano.

—Pero... no sos un loco —dijo ella con sorpresa.

—No, no soy un loco. Solo soy el mejor elemento de todo D.E.A.T.H., perfeccionado en todas las ramas —explicó con una sonrisa engreída—. Sin excusas, continuá.

Mörder [ COMPLETA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora