EXTRA: El trato | parte 5

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Por orden de Vanyusha Volkov, luego de desayunar Erica debió acompañarlo a un paseo, aunque jamás especificó a dónde irían. No estaba segura tampoco de estar vestida para la ocasión, pues Vanyusha no le dio mucho tiempo ni opciones, por lo que Erica llevaba un simple jean ajustado, botinetas, una blusa negra y un sencillo abrigo beige. Esperaba estar lo suficiente arreglada para lo que tuviera planeado.

Desde el día en que Erica mató a Oksana, el trato que Vanyusha le daba había cambiado. Sus coqueteos eran más constantes, igual que sus atenciones. Intentaba incluso ser más afectuoso, por lo que era usual que la sorprendiera al abrazarla de atrás y depositar un beso en su cuello. Y aunque Vanyusha jamás había pedido disculpas por llamarla inútil, sus actitudes amables habían hecho que Erica lo perdonara con facilidad y hasta olvidara sus malos pensamientos sobre él.

Bajaron del auto, manejado por un chófer, y caminaron dentro de una gran edificación de belleza ornamental. Erica se dio cuenta muy pronto de que se trataba de un cementerio, donde la elegante arquitectura era ya de por sí un bello espectáculo. Pensó que era un simple tour por los lugares bellos de Moscú, sin embargo se sorprendió al llegar a dos lápidas una junto a la otra.

Erica dirigió su mirada hacia Vanyusha a su lado, firme y con el rostro frío y serio igual que siempre.

—Mi hermana —dijo y señaló una lápida con texto grabado en ruso, luego señaló la otra—, y mi sobrina, Katya.

Erica abrió los ojos con sorpresa y al instante se arrodilló frente a la tumba de Sveta, sintiendo un fuerte nudo en su garganta y sus ojos cristalizarse en lágrimas. Recordaba su radiante sonrisa, su voz llena de amabilidad, su mirada dulce y sus caricias maternales. Sveta la había protegido siempre, desde un primer momento, y había muerto por culpa de su guerra contra los Moms.

Vanyusha le ordenó a Misha y sus otros guardias alejarse, e incluso él mismo se alejó de allí para darle espacio. Aprovecharía a visitar la tumba de su madre, más alejada de la de Sveta.

—Babu —sollozó Erica y pasó sus dedos por los grabados de la lápida, en una lengua que no comprendía—, te extraño tanto. Me hacés tanta falta. Sé que la amarías mucho, la amarías con todo tu corazón.

Apretó los labios, porque no quería hablar de su hija en cualquier lugar, no con la posibilidad de que alguien pudiera oírla. Respiró hondo para no llorar más y solo sonrió, a sabiendas de que Sveta estaba al fin en paz, reunida con su hija como tanto había deseado siempre.

—Soy más fuerte, y también soy libre, Babu. Como vos querías —le dijo con una sonrisa cariñosa—. Te extraño mucho.

Luego se colocó frente a la tumba de Katya, Yekaterina Kolzova, y pasó sus dedos por los grabados de la lápida también. Sveta siempre había dicho que se parecían, que Katya era amable y soñadora, pero también muy talentosa. Demasiado amable para D.E.A.T.H, y pensó también que seguro se habría llevado bien con ella.

—Tu mamá me cuidó siempre, era la mejor madre, Katya —le dijo con voz suave—. Ahora están juntas, tal vez algún día llegue a ustedes y te pueda conocer por fin.

Sintió pasos cerca así que se puso de pie secándose las lágrimas y giró para ver quién se acercaba. Descubrió allí a Misha, mantenía una distancia prudencial y sus manos tras la espalda, pero parecía recibir órdenes de Vanyusha.

—Misha —dijo y tuvo que carraspear para acomodar su voz angustiada—. ¿Puedo hablar un minuto con vos?

Él miró hacia todos lados con dudas, como si quisiera asegurarse de que su jefe no estaba cerca y que, por lo tanto, no sufriría represalias por ello. Luego asintió con su rostro impasible igual que siempre y se acercó con firmeza.

Mörder [ COMPLETA ]Where stories live. Discover now