Capítulo N° 56

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Fosa no había mentido cuando dijo que les dolería tanto el cuerpo que no querrían compartir la cama con nadie. Los tres, heridos, golpeados, adoloridos y muy maltratados apenas habían conseguido bañarse y cayeron en un profundo sueño no bien tocaron la cama.

Y solo había sido la primera noche, solo menos de cuatro horas de entrenamiento...

—Va a matarme, definitivamente va a matarme —masculló Erica cuando no pudo levantarse de la cama en la mañana siguiente.

Tenía el cuerpo lleno de cortes por la bara, partes de su piel estaban inflamadas y ella aún no podía evitar atacar ante la menor provocación. El primer día había sido un verdadero fiasco para ella, y ni siquiera había podido cumplir el trato con su esposo y llamarlo en la noche.

Con mucho dolor en sus músculos estiró su brazo hacia la mesa de noche para tomar su teléfono. Estaba tan agotada, era un nivel completamente diferente de entrenamiento, y recién había sido el primer día, y ni siquiera completo.

—Voy a morir...

Sin embargo, ignoró todos los malestares de su cuerpo y le escribió al Loco. Él no había intentado comunicarse, probablemente porque ella había prometido hacerlo diariamente, y quizá también porque Rata lo habría mantenido controlado, estaba segura de eso.

Le costó escribir, pero lo hizo.

Erica: Estoy viva, perdón por no llamar, estaba muy cansada y me dormí al instante

Él había respondido casi al segundo de leer el mensaje:

Jack <3 : Estaba preocupado, él puede ser muy complicado. ¿Estás bien? ¿Te lastimó?

Erica dudó qué responderle, estaba agotada y adolorida, pero sabía que si decía que estaba cubierta de golpes y cortes, en solo minutos él sería capaz de irrumpir en la casa y llevársela sobre su hombro. Esa posibilidad le produjo un mal sabor, le recordó a cuando la cargó sobre el hombro para impedir que se llevara a Sveta...

Erica: Estoy bien, solo agotada. Voy a ir a desayunar ahora, te amo mucho

Dejó el teléfono apoyado en la cama y se obligó a sí misma a salir de ese mullido y cómodo colchón que la instaba a dormitar. Forzó una pierna a escapar de la prisión de sábanas y colchas, y luego la otra. Continuó al sentarse y dejar ir un suspiro, pensando en la pésima idea que fue aceptar ir dos semanas con Fosa.

Se puso una bata de satén, solo eso y con sus pies descalzos, para luego estirar un poco sus músculos y decidirse a ponerse de pie. Salió de la habitación de Rata, no sin vigilar las otras habitaciones, y cuando vio que no había nadie por el pasillo se dirigió hacia la cocina. El olor a café la recibido, era otro tipo de café, más fuerte que el que consumían en la casa, pero olía incluso más delicioso.

Ignoró la imponente figura que estaba allí de espaldas a ella muy atento hacia su sartén, y se sentó en una de las sillas para mirarlo. El maldito ni siquiera le había dado una mirada.

—Creí que tendría que tirarte agua encima para levantarte esta mañana, qué grata sorpresa, Bombita.

—¿Cómo sabías que era yo y no uno de los chicos? —preguntó Erica con una ceja levantada hacia su ancha espalda.

—Por tus pasos.

—¿Mis pasos?

—Tenés una caminata muy particular, incluso cuando estás adolorida —dijo y volteó para apoyarse contra la mesada cruzado de brazos—. Tus pies son ligeros, no sé si es por la danza o porque te entrenaste a vos misma en Mörder para pasar desapercibida. Cualquiera de las dos es válida.

Mörder [ COMPLETA ]Where stories live. Discover now