Capítulo N° 34

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Era sábado por la noche, el viento era frío y cargado de humedad por una próxima tormenta. Era la noche de la extracción, el último día de Erica seduciendo a Aaron, ella día en que liberarían a Lucas. El día en que los dos podrían irse de Mörder.

Erica no había podido acercarse en ningún momento a la habitación donde lo tenían, no sabía cómo se encontraba pero confiaba plenamente en la palabra de Martín, y él había dicho que, aunque malherido, estaba bastante estable.

Y mientras que Aaron hacía negocios en su oficina, Erica se dedicó a bailar en el salón nuevo para poder relajarse un poco, estaba demasiado nerviosa y eso podía hacerla ver sospechosa. Esa vez había decidido dejar el ballet a un lado para poder bailar ritmos urbanos, y por ello Aya Nakamura resonaba en el salón. Misha, igual que los días anteriores, se encontraba cerca, la vigilaba con atención. Llevaba sus arneses con cuchillos en las piernas y torso, y su mirada estaba clavada en ella, a la espera de algún error.

Erica debía admitir que tenerlo como sombra era realmente espeluznante, porque siempre la miraba con esa sonrisa siniestra y esa mirada que le helaba la sangre. No estaba segura de tener el suficiente nivel para enfrentarse a él en una pelea.

Misha la seguía a todas partes, excepto dentro de la habitación, por ello luego de bailar Erica ingresó en su habitación compartida con Aaron para poder darse una ducha rápida. Debía perfumarse y maquillar su rostro para verse mucho más sexy, porque de su capacidad de seducción dependía toda la misión. Tomó de su bolso, que pensaba dejar abandonado allí con esa ropa de ejercicio, un conjunto de lencería rojo. Era de encaje, con portaligas y medias, y al mirarse frente a un espejo de cuerpo entero sonrió al notar que se veía verdaderamente sexy, aunque le parecía una lástima verse así para él.

Luego, con un suspiro, debía comenzar con su misión. Se recostó en la cama boca abajo y tomó una foto donde se viera perfectamente su prominente y tonificado trasero con esa lencería, luego se lo envío a Aaron. Había cambiado el número para eso, un chip que luego pensaba descartar.

Erica: Te falta mucho? Te estoy esperando...

El Loco le había comunicado el plan la noche anterior, Serge se encargaría de controlar las cámaras mientras que el resto se infiltraba para liberar a Lucas. Martín estaba esa noche a cargo de la seguridad de su puerta, junto a otros más, su deber era deshacerse de esos guardias para liberar el paso.

El deber de Erica era distraer a Aaron de sus obligaciones.

Se quedó allí esperando a su llegada, él era una persona muy sexual, Erica había estado experimentando hasta qué punto caía en su seducción, y siempre caía. Esa noche no sería la excepción, por ello cuando unos minutos después la puerta se abrió y pudo ver a Aaron allí, Erica sonrió.

«Es tan básico el infeliz».

Erica se puso a juguetear allí con sus piernas y le dedicó una sonrisa, para luego morderse los labios con deseo, y Aaron no se hizo esperar, se acercó a ella en la cama y la tomó del rostro para poder besarla mientras le apretaba con la mano una nalga. Ella comenzó a besarle el cuello y bajó poco a poco con su mano hasta la entrepierna de él, para poder atenderlo. Mientras más tiempo lo tuviera allí, mejor saldría todo.

Lo instó a recostarse y se ubicó sobre él, y mientras que Erica cumplía con su deber de distracción, la camioneta del Loco había ingresado en el estacionamiento. El Loco bajó de allí con sus arneses llenos de cuchillos, y junto a él se encontraban Sveta y Chris. Thamma había sido la encargada de proteger la casa y a Jack.

Sin la preocupación de ser vistos por las cámaras gracias a Serge, en un instante Chris se había deshecho de los asesinos que se encontraban en el estacionamiento. El Loco solo lo miró con una ceja levantada, pues no le había tomado más de unos segundos disparar a todos esos puntos.

Mörder [ COMPLETA ]Where stories live. Discover now