Capítulo N° 11

41.4K 1.4K 242
                                    


Había llegado el día que tanto esperaba Erica, y también la mitad de Mörder. Era 20 de diciembre y eso solo significaba que habían comenzado sus vacaciones, que podían ir con sus familias hasta el día 30.

Erica, al igual que todos los demás, guardó en un bolso sus pertenencias con mucho entusiasmo, quería ver a sus padres, visitar amigas, divertirse un poco lejos de toda la locura que implicaba Mörder. Y cuando finalizó de acomodar su bolso, se sentó en la cama que no extrañaría en lo absoluto, se dejó caer acostada y liberó un suspiro nostálgico.

A su lado, en su cama, estaba Chris sentado con la mirada baja y el bolso en su mano. Erica lo miró con curiosidad, no lo veía para nada entusiasmado con sus vacaciones. Su rostro era sombrío, incluso melancólico.

—¿Chris, estás bien?

—Sí, solo pensaba... —suspiró al correr su mirada—. No te preocupes, no es nada.

—¿Tenés a dónde ir? —preguntó Erica con suavidad.

—Algo así...

Erica se sentó en la cama, frente a él. Lo miró fijo aunque él estaba con la mirada baja, por primera vez lo veía vulnerable.

—¿Tenés familia...?

—No, solo éramos mi hermano y yo. Él ya no está, así que estoy yo solo —Levantó la vista para verla a los ojos—. Soy el último de mi familia.

—¿Y qué vas a hacer en estos días, Chris? ¿Vas a estar solo? —preguntó con pena.

—El año anterior decidí quedarme acá, algunos se quedan —dijo con un suspiro—. Pero fue una pésima idea, en estas fechas el ambiente es incluso peor en Mörder. Voy a volver a mi casa, si no la ocuparon todavía.

Erica tomó una de sus manos con cariño y le dedicó una sonrisa.

—¿Querés que nos veamos algún día? Así no estás solo.

—No creo que sea una buena idea, de por sí piensan que somos pareja —dijo Chris con una sonrisa torcida—. Tranquila, voy a estar bien.

—Voy a escribirte entonces, siempre y cuando no digamos nada sospechoso no nos van a prestar atención.

—Está bien, espero tu mensaje —sonrió levemente—. Que te diviertas Erica.

Ella se acercó a él solo para abrazarlo, y para su sorpresa él respondió el abrazo con cariño. Se quedaron unos segundos así, aferrados al otro con cariño. Luego Erica se despidió de él, dándole un beso en la mejilla.

Se sentía culpable de estar tan contenta y ansiosa por ver a sus padres, porque sabía que Chris estaba solo. Sin embargo, ella llevaba tiempo extrañando a sus padres, pensaba siempre en ellos, si estarían bien o no, si la extrañarían. Y mientras pensaba en ellos y dejaba las armas guardadas en el almacén, escuchó el ruido de la puerta cerrarse y giró enseguida, algo asustada, para ver al Loco ahí.

Erica enseguida se puso en alerta, a pesar de que él había dejado de molestarla, le seguía incomodando compartir espacios a solas con él. Y cuando él dio largas zancadas para llegar hasta ella, Erica preparó su defensa, lista para golpearlo de ser necesario.

El Loco se detuvo frente a ella, parecía querer decirle algo pero sus labios se movían sin soltar palabra alguna.

—¿Qué querés? —le dijo Erica, intentó verse confiada al decirlo.

—¿Ya te vas...? —preguntó él casi en un susurro.

Erica lo miró con un gesto extrañado por esa pregunta que no esperaba, y terminó por relajarse un poco.

Mörder [ COMPLETA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora