Capítulo N° 20

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Dos camionetas negras pertenecientes a Mörder y Naemniki avanzaban por la noche bajo el cielo estrellado. Debido a que muchos estaban heridos, la elección de asesinos había recaído en los mejores que se encontraban sanos. Erica, Aaron, Chris –el conductor– y Martín viajaban en una camioneta junto al Loco, quien llevaba arneses llenos de cuchillos en ambas piernas y en su pecho. Tenía el labio partido y una herida en su cabeza con una gas, pero más allá de eso estaba sano.

En la otra camioneta estaba Sveta con gente de Naemniki, serían solo soporte por orden de Héctor.

Erica sujetaba con fuerza la mano de Aaron, esa sería su última misión. Luego de ello intentarían rehacer su vida. Sus pensamientos se interrumpieron cuando la camioneta bajó la velocidad, y antes de que frenara del todo el Loco abrió la puerta y se bajó, como si le fuera imposible soportar un segundo más el encierro.

Cuando Chris estacionó la camioneta se bajaron todos, Martín bajó su rifle para poder ubicarse en una posición elevada..

—¡Wolff! ¡Vení para acá! —le dijo tratando de no gritar, el Loco estaba alejado de ellos.

—No soy un novato, llevo más años que vos en esto, nene, ¿te pensás que soy tan idiota como para dejarme ver?

—No lo sé, últimamente estás muy raro, como si tu mente estuviera en otra parte.

—Nada me afecta a la hora de matar, solo la sangre me guía, el olor a muerte me llama y el dolor me inspira —dijo el Loco con una sonrisa torcida.

Martín se separó de ellos para establecer su puesto de francotirador, iba a darles aviso de cualquier circunstancia través de su celular, con el Loco haciéndole de voz para el resto del grupo.

Se acercaron de a poco a una mansión, donde unos guardias vigilaban con atención. El Loco sonrió al tomar sus cuchillos y los lanzó desde esa distancia, y solo cuando los vieron caer continuaron avanzando. Aaron y Chris dispararon a las cámaras, evitando cualquier posibilidad de ser vistos, mientras que el Loco recuperó sus cuchillos en los cuerpos de los guardias.

—Julio está en la planta baja —susurró el Loco luego de oír el aviso de Martín.

Avanzó primero, sin hacer ruido, y cuando llegó hasta la pared de la mansión se asomó por el rincón para asegurarse de que no hubiesen guardias, los tres guardias que habían estaban en el suelo, los de Naemniki se encargaron de ellos.

Erica prestaba suma atención a los movimientos del Loco, pues era la primera vez que lo veía en una misión.

Él les hizo una señal para que avanzaran, se acercó a una ventana y miró con cuidado, todo estaba está oscuro. De un codazo la rompió, para luego meter la mano y abrirla, entró con cuidado mirando a su alrededor, y luego de ingresar se detuvo a ayudta a Chris a entrar, le extendió la mano a Erica también, pero ella lo corrió con asco y subió sola.

Avanzaron con cuidado por el cuarto, tratando de no hacer ruido alguno, y al llegar a un pasillo se dividieron para buscar por separado a Julio Moms.

Avanzaron con cuidado por el cuarto, tratando de no hacer ruido alguno, y al llegar a un pasillo se dividieron para buscar por separado a Julio Moms

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