Capítulo N° 63

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Erica había estado tratando mal a Lucas los últimos días, no soportaba su cercanía, no soportaba verlo a los ojos, porque le recordaba demasiado los buenos momentos, le recordaba a su amado Jack, a los momentos divertidos que ya no estaban, a las cenas juntos y las bromas.

A Lucas se le hacía imposible cuidarla, pues ella le gritaba, lo echaba de la habitación o lo golpeaba para alejarlo de ella.

Chris, el único que en verdad podía acercarse en los últimos tiempos, aprovechó un momento en que Erica estaba durmiendo la siesta para acercarse a ese bello rubio con ojeras bajo sus párpados. Lucas se distraía cocinando para Jack, quien estaba jugando en el sillón y a veces, destrozándole el corazón a ambos muchachos, lo veían mirar fijo la puerta de entrada, como si esperara que en algún momento llegara su padre.

—Lucas —dijo Chris al colocar su mano en la espalda del rubio, quien amasaba en la isla—. Ya es suficiente.

—No insistas, no la voy a dejar sola.

—Andá a ver a tu familia, ya todo terminó, andá con ellas —le dijo con tristeza—. Aprovechá que vos sí tenés familia, no como nosotros dos.

Lucas se mordió los labios y sus ojos se llenaron de lágrimas.

—No la voy a dejar sola.

—No va a estar sola, estoy yo —dijo con suavidad—. No le hace bien verte en estos momentos, y a vos no te hace bien la forma en que te aleja. Andá con tu familia, una semana, solo una semana para darse tiempo los dos a pensar.

—¿Y Jackie? No vas a poder cuidar de ella y de Jackie a la vez, ¿qué va a pasar con Jackie?

Chris soltó un suspiro y se sentó en una de las banquetas altas mientras se refregaba el rostro, estaba agotado, llevaba días sin poder dormir, pues el miedo a quedarse dormido y que Erica tomara un cuchillo para acabar con su vida lo mantenía aterrado y despierto todo el tiempo.

—Veo cómo hago con él, pero por favor, Lucas, esto no le hace bien a ninguno de los dos, necesitan darse un tiempo para sanar —insistió—. Andá a ver a tu familia, ya no hay peligro, ya es seguro ir.

Lucas tomó su teléfono y se lo puso en el rostro para mostrarle los titulares. «El secreto tras la familia Moms», «La mafia escondida en la ciudad», «¿Quién es la Princesa que destapó las verdades del bajo mundo?», y cientos más, muchos más títulos de toda clase.

—Está en todas las noticias, en todas partes. No dice el nombre de Erica, solo la Princesa, pero cuando vaya a ver a mi mamá, cuando vean mis dedos cortados, cuando vean mis cicatrices, van a saber que no estuve en Córdoba y van a atar cabos solas —dijo con dureza.

—Entonces deciles la verdad, ya no hay peligro, Lucas. Por favor, andá unos días, yo te voy a mantener al tanto del estado de Erica, pero por favor, necesito que vos también estés bien.

Lucas bajó la mirada con sus labios apretados, con tristeza.

—Me voy a llevar a Jackie entonces.

—Lucas...

—No vas a poder con ambos, es un niño de dos años inquieto y curioso, y una mujer a la que tenés que cargar hacia el baño, darle de comer en la boca y cuidarla para que no se deje morir —dijo con tristeza—. Me voy a llevar a Jackie, sabés que yo lo cuido bien, sabés que conmigo va a estar bien.

Chris dejó ir un suspiro y volvió a refregarse el rostro con nervios, muy agotado. Si llegaba a sacarle a Jack, Erica con más razón se dejaría morir, pero también sabía que al pequeño no le hacía bien verla llorar todo el tiempo, verla tan mal. Lo mejor para todos era que Lucas se hiciera cargo de él y se lo llevara unos días, pero decírselo a Erica... Esa sería la parte difícil.

Mörder [ COMPLETA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora