Capítulo N° 8

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Erica se encontraba entrenando junto a Aaron, se habían visto muy poco y no pudieron entrenar lo suficiente los últimos tiempos. Erica pensó que quizá por eso es que Fosa los consideró débiles, porque entrenaban poco juntos debido a las misiones de cada uno.

El entrenamiento de Aaron era menos duro que el de Gretchen, pero incluso así terminaba con sus músculos adoloridos y muy agotada. A veces se quedaba dormida con la misma ropa de entrenamiento, y a veces no. A veces estaba tan furiosa porque el entrenamiento duraba poco que decidía entrenar sola.

Lanzaba golpe tras golpe a su oponente, que frenaba cada ataque con suma precisión. Y cada vez que Aaron frenaba un golpe, parecía acariciarla con suavidad. Al principio Erica se mostró incómoda ante esos toques, pero luego terminó por acostumbrarse.

Se dio cuenta que Aaron en verdad le gustaba, y se sintió estúpida por ello.

—Tomá un poco de agua —le dijo él al verla jadeante—. Tenés buena resistencia, eso es algo bueno. Resistís unos cuantos asaltos.

—Es por la danza —explicó ella y bebió agua de su botella—, los conciertos pueden durar mucho tiempo.

Aaron se recostó en el suelo del gimnasio y movió su cabello hacia atrás para quitarlo de su campo de visión. Observó a Erica frente a él, que bebía agua de su botellita mirando al resto de los asesinos entrenar, especialmente a los que practicaban danza. Observó sus piernas con músculos bien marcados, su vientre fuerte y sus brazos moldeados. Erica no era una obligada cualquiera, era una obligada fuerte desde el primer día que llegó.

Observó, también, las largas pestañas de Erica y la forma en que el sudor recorría su rostro. Le parecía una mujer hermosa.

—¿Seguimos? —propuso él con una sonrisa—. Me gustaría que aprendieras a defenderte mejor.

—Está bien —dijo ella al responderle la sonrisa mientras estiraba un poco sus músculos.

Aaron se puso de pie de un salto, y ese movimiento sorprendió a Erica, no cualquiera podía levantarse así, se requería de mucha fuerza en los brazos y el torso.

No dudó en atacarla, sin siquiera esperar a que soltara su botella. Erica apenas logró frenar el ataque y con ello su brazo comenzó a escocer por el golpe frenado. Él podía predecir los ataques de Erica, era muy mecánica, hacía las mismas secuencias y eso en una batalla o una misión podría causarle la muerte. Entonces ella logró encajar una patada en sus costillas, le había hecho creer que estaba retrocediendo, y él cayó en su trampa.

Ese movimiento lo hizo enojar, los ojos avellana de Aaron se transformaron por completo al tocar sus costillas adoloridas, pero terminó por relajar su expresión y le dirigió una sonrisa.

—Vas bien —admitió—. Por hoy es suficiente. Podés descansar.

—¿Ya?

Erica lo miró algo confundida, estaba segura de que podían entrenar por más tiempo. Pensó que si seguían entrenando de esa forma, tan corto, tan espaciado, nunca sería realmente buena.

No dijo nada más, solo asintió con respeto a su maestro, tomó su botella del suelo y se alejó de él para poder acercarse a Chris, a quien había visto entrenar con los elegidos para la misión del teatro.

Aaron la siguió con la mirada, dejó ir un suspiro y terminó por sonreír de costado ante un pensamiento.

—¿Qué tal van? —le dijo Erica a Chris, que bebía un poco de agua, algo jadeante.

—Horrible, es malísima —dijo él señalando a la número dos, quien practicaba los mismos movimientos de danza desde hacía una semana—. Tenemos solo una semana y no logra hacer ni un paso bien. Solo puede hacer lo básico.

Mörder [ COMPLETA ]Where stories live. Discover now