La verdad: ¿Estás loco o qué?

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Peter Parker

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El jueves llegó más pronto de lo que hubiera deseado. Después de mis clases tuve que salir del MIT apenas tuve oportunidad.La tarde anterior había mandado mi solicitud de empleo para una casa editorial que solicitaba periodistas universitarios. La paga no era exorbitante pero sí muy buena, con ella tendría el dinero suficiente para pagar el alquiler del departamento donde estaba quedándome y comer algo más que no fuera atún enlatado, además que no eran muchas horas al día y podría trabajar, estudiar y seguir con mis rondines de Spider-Man sin ningún problema. El asunto era que sólo tenían cinco lugares disponibles y éramos como treinta chicos pidiendo un puesto.

Las oficinas de la casa editorial se encontraban a veinte minutos de la universidad así que tomé el autobús que me dejara cerca del lugar. Miré mi reloj de pulsera para ver la hora y marcaba las 13:10, mi entrevista era a las 13:30, con suerte llegaría a tiempo. En mi mente sólo estaba repasando una y otra vez las probables preguntas de la entrevista y a la par las respuestas que podría dar para hacer más segura mi contratación.

Al llegar bajé del autobús y caminé otro par de cuadras hasta llegar a la dirección de destino. Caminé al interior del edificio y saludé a la recepcionista.

—Hola, buen día. Ayer me citaron para la entrevista a la una y media, señorita.

La mujer me miró de reojo, no me respondió nada y siguió viendo su computador y anotando cosas con el teclado. Supuse que me daría una respuesta pero solamente siguió atenta a su monitor.

— ¿Señorita? —Insistí una vez más.

—Ayer tomaron la última vacante —me contestó con un tono grosero y déspota—. Se supone que les enviaron un correo donde les dijeron que los seleccionados recibirían un correo con el contrato, sus horarios y el pase de ingreso y al resto por consiguiente sólo les mandarían un correo de agradecimiento por su tiempo. Deberías estar al pendiente de tus correos.

—Oh, bueno, es que yo no...

—No, ya he notado que tú no. —Nuevamente me ignoró.

Fue un momento muy incómodo, miré a mi alrededor y pensé en alguna solución.

— ¿Y puedo pasar a hablar con el director?

—Está en una junta importante, no atiende a nadie hoy. Venga algún otro día.

—Pero, señorita. Usted no entiende...

—Buena tarde.

Prácticamente quedé con las palabras en la boca, resignado volví a salir del edificio. Me sentí desanimado, esta era la única fuente de trabajo en la cual había pensado y ahora ya no tenía más opciones. Nuevamente caminé por la acera hacia la parada de autobuses pero mi mirada iba plantada en el suelo, aquella mujer había terminado con mi esperanza de conseguir un empleo pronto para solventar mis gastos en cuanto me fuera posible.

Levanté mi mirada para cruzar por la avenida hacia el otro lado que era por donde pasaba el autobús que me dejaba frente al edificio donde estaba mi departamento. Del otro lado de la acera divisé a lo lejos a S.J., no me parecía extraño, su escuela debía estar a unos tres o cinco metros de distancia de donde venía con Harry. La seguí con la mirada hasta que ella volteó, supongo que fue por la inercia de ver a todos lados como era costumbre de ella y coincidimos en vernos.

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_____ Stark

El hombre araña (Peter Parker y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora