La maquina: manos a la obra

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||•|| Tony Stark ||•||

Durante toda la noche no conseguí dormir. La idea de volver a traer a S.J. y Peter fue todo lo que merodeó mi cabeza toda esa madrugada. Necesitaba que funcionara porque quería volver a abrazar al menos a mi hija una vez más, decirle cuánto la amaba y al menos tener épocas de paz juntos.

A la tarde siguiente después de mi reunión con Kozlov me había terminado de convencer para ayudar con la máquina del tiempo, así que apenas después que habló con el Cap, ella, Nadir, Morgan y yo subimos al coche para ir a la antigua torre de Los Vengadores.

El camino estuvo en un completo silencio, por mi cabeza aún no dejaba de pasar esa vaga idea que en vez de ser una buena noticia acabara todo siendo un desastre peor a lo que Thanos había hecho hace cinco años.

— ¿Todo bien? —Kozlov me sacó de mis pensamientos.

—No, no realmente —negué antes de guardar silencio unos minutos para responder con una pregunta—, ¿Te das cuenta que esto puede acabar muy mal? Podríamos morir en el intento y no solucionar nada.

Ella pareció pensarlo porque quedó en completo silencio hasta llegar a un semáforo rojo.

—Haremos nuestro mejor intento —habló a voz muy bajita—. Con suerte, no tendremos que estar presenciando una muerte pronto sino todo lo contrario. Trata de pensar en que podrías ver nuevamente a la gente que se fue.

—La desgracia persigue siempre estos momentos, Kozlov. ¿Y si algo malo pasa? —me imaginé el peor de los escenarios—. Si muero, no veré a mi hija de nuevo aunque vuelva.

—Lo harás y ella lo estará. Trata de pensar que cuando esto acabe, ustedes podrán salir de viaje o por un jodido helado. Será genial.

—Eso espero —musité cruzado de brazos—, pero, si la probabilidad que ella regrese y yo no, ¿Puedo pedirte un favor?

Nuevamente calló un momento para volver a conducir, me miró de reojo entonces y la miré tensarse un poco.

— ¿Cuál?

—Me gustaría que tú la guíes.

Y era verdad. Kozlov era buena con la defensa personal, una jodida prodigio en el tema de las tecnologías y espionaje, S.J. iba a tener algo más que sólo quedarse con Pepper a hablar de empresas, era una oportunidad para que no sólo se quedara para siempre estancada.

Quería que fuera mejor, que me superase de no estar yo para guiarla. Y si moría, ella quedaría huérfana, con Pepper y Happy pero jamás sería lo mismo. No la necesitaba débil y triste, la necesitaba fuerte, que supiera defenderse y afrontar los problemas sola.

Kozlov había quedado huérfana a los dieciséis, sabría cómo ayudarla, además, se parecían tanto y confiaba en ella, sabía que no la dejaría caer y sabría como levantarla con afirmación agresiva, al menos la haría fuerte y le enseñaría todo lo que yo habría querido mostrarle y deseado que aprendiera.

— ¿La guíe a dónde? —me preguntó hablando seriamente.

—A todos lados —respondí y ella volvió a verme sin entender—. Seamos sinceros, Happy y Pepper tratarán de encargarse de ella —miré al retrovisor para referirme a Morgan que tenía audífonos puestos igual que Nadir mientras veían una película—. No dudo que igual a ______. Pero ella no pertenece al mundo de hornear galletas y vivir en una oficina.

—Tony...

—Y si falto, no podrán verla sin que ella eche en cara que no estoy. La necesito resistente, que no sea frágil ¿Entiendes? Ellos no podrán cuidarla cómo requiere.

El hombre araña (Peter Parker y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora