El paso del tiempo: ¿Una pequeña esperanza?

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||•|| Tony Stark ||•||

Es increíble cuán rápido se ha ido el tiempo. Un día estaba en la cima del mundo siendo uno de los superhéroes más exitosos, otro estaba siendo brutalmente derrotado por un titán y en otra ocasión me encontraba en una cabaña en compañía de mi esposa y mi pequeña hija de cinco años que acampaba a las afueras de la cabaña.

Las cosas en estos últimos cinco años habían mejorado al menos un poco. Me había retirado de la vida de superhéroe para dedicarme a cuidar a Morgan, a darle todas esas atenciones que _____ jamás obtuvo de mí por estar tan involucrado en la vida de héroe. Por primera vez sentía que realmente estaba haciendo una buena labor de padre, al menos con Morgan teníamos más recuerdos juntos que sólo asistir a sus recitales en la escuela.

Los negocios de las Industrias Stark quedaron a manos de Pepper, ella tenía mayor paciencia y profesionalismo para hablar con la gente así que yo le ayudaba en casa con cuidar de Morgan para cuando ella no podía y cuando ni ella ni yo podíamos, la dejábamos con Kozlov. Generalmente Morgan se quedaba por horas jugando a Nadir, al ser el único niño que tenía a una madre de confianza no me preocupaba el hecho que se quedara en su casa.

— ¡Tony! —la voz de Pepper me sacó de mis pensamientos.

— ¿Qué pasa? Aquí estoy, aquí estoy —respondí mirándola por un instante.

—Te estoy diciendo que el almuerzo está casi listo. Ve a avisarle a Morgan para que vaya a lavarse las manos —sentí la mano de Pepper sobre uno de mis hombros—. ¿Estás bien?

—Sí, sí, es sólo que... —guardé silencio mirando de nuevo el crucigrama que estaba armando—. No, nada.

—No te veo bien. Creo que deberías salir a darte un respiro. No has salido de casa en días.

—No importa, no importa —negué con una pequeña sonrisa mientras que tomaba su mano y llenaba su dorso con besos—. Iré por Morgan a lavarle las manos y vendremos a almorzar.

—De acuerdo. Prepararé la mesa —Pepper nuevamente se dirigió al comedor y yo doblé el diario antes de salir de casa a buscar a Morgan. Llegué a su tienda y aplaudí un par de veces—. ¡A comer!, ¡Laguna! Morgan H. Stark, ¿Quieres comer?

Esta vez salió de su casa de campaña con el casco del traje que le había hecho a Pepper y me apuntó con el guante de invierno con estampado de propulsor.

—Aliméntame si no te desintegro —fingió amenazarme.

—Muy bien, no deberías ponerte eso ¿Okay? Es parte de un obsequio de aniversario que fabrico para mamá —besé su cara justo encima del casco antes de quitárselo—. Ahí está, ¿Estás pensando en comer? Te daré un montón de grillos envueltos en lechuga.

—No —exclamó Morgan haciendo un suave puchero en señal de disgusto.

Era como volver a ver a _____ cuando era una niña pequeña y le decía algo que a ella no le agradaba.

—Eso es lo que quieres —miré el casco una vez más—, ¿En dónde lo encontraste?

—En el garaje.

— ¿En serio?, ¿Entraste allá a buscarlo?

—No, sólo lo encontré.

El hombre araña (Peter Parker y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora