El hombre araña (Peter Parker y tú)

Tony de regreso: ¿Y Thanos?

||•|| Natasha Romanoff ||•||

Pasé las siguientes semanas durmiendo en la casa de Kozlov. No quería ir a quedarme con el resto, tan sólo iba para ayudarlos con las búsquedas de Thanos.

Desperté nuevamente de noche por los llantos de Nadir en la sala. Di un suspiro de pesar antes de levantarme de la cama y ver qué ocurría. Miré a su madre ir de un lado a otro con él en brazos tratando de calmarlo.

Normalmente ella era el tipo de persona que no dormía mucho pero actualmente parecía que era como un nuevo hobbie. Eso de desvelarse pasaba desde que trabajaba con nosotros en S.H.I.E.L.D., jamás le gustaba quedarse quieta o mucho tiempo dormida porque entonces le venían pesadillas o pequeñas catarsis que le provocaba pequeños cuadron ansiolíticos.

Desde que había tenido a Nadir, parecía más sencillo distraerse de sus nublados pensamientos porque él no le daba tiempo de nada.

La conocía desde hace años, era menor que yo y había sido la mano derecha en todo para Alexander Pierce, el amigo de Fury que quiso matarlo. Ella quedó huérfana a los diecisiete pero eso no pareció un problema, yo siempre la vi como que sabía salir adelante de todo sola. Ahora con veinticinco años parecía que le iba bien, o al menos un poco mejor luego de su pequeña historia de fugitiva con Bucky.

Nunca entendí cómo había hecho ella para vivir con alguien que en cualquier momento pudo matarla de haberlo querido. Pero entendía que lo amaba, tanto así que Nadir era producto de ello. A pesar que ella dijera no amarlo más, sabía que su pérdida le estaba provocando muchos problemas a pesar de ya no haber estado juntos hace casi un año.

Aclaré mi garganta para que ella se diera cuenta que estaba en ese lugar.

—Hola —saludé.

Ella me miró de reojo y solamente me dio la espalda de nuevo en lo que seguía cantándole a su niño.

— ¿Dormiste bien? —me preguntó luego de varios minutos sin verme.

—No realmente, pero al menos cerré los ojos un par de horas. Nadir llora mucho.

—Es un bebé, obviamente llora mucho.

— ¿No estás ni un poco cansada?

Ella negó.

—Hace meses no sé qué es eso de dormir —sabía que se refería a los meses desde que había escapado con Bucky.

—Pásamelo —le pedí antes de tomar a su bebé y comenzar yo a tratar de hacerlo dejar de llorar.

—Lo haces ver tan sencillo.

—Bueno, no es fácil, no sé cómo hago para que los bebés no lloren.

—Supongo que tienes buen instinto. Es una lástima que no puedas tener hijos.

—Sí, pero me he resignado con el paso del tiempo. Ahora robo niños —bromeé y Nadir esbozó una sonrisa.

Pronto llamaron a mi celular. Miré que era Steve, así que solo contesté.

— ¿Sí?

—Necesitamos que vengas. Hay alguien aquí, amiga de Fury y nos puede ayudar, o eso parece. Además, tenemos noticias de Tony.