El hombre araña (Peter Parker y tú)

La noticia: ¿Sam hizo qué?

||•|| _____ Stark ||•||

—May está muy ocupada con la recolección de fondos para los damnificados que están sin vivienda. Apenas y la veo en casa en todo el día —me contaba Peter mientras hacíamos videollamada—. ¿Te sientes mejor? Lamento haberte enfermado, soy el peor novio del mundo, ¿no es así?

Lo miré por la pantalla, tenía ojeras muy marcadas y una cara de agotamiento que se notaba a miles de metros de distancia, la nariz roja y su voz ronca. Tenía puesta una pijama azul con estampado de cochecitos y seguía en cama.

—Apenas estemos mejor deberíamos acompañar a May, ¿no crees? —le sugerí mientras volvía a limpiarme la nariz al sentir la congestión—. No digas eso, está bien, no has tenido la culpa, Peter.

Claro que no le iba a decir que Kozlov me había inyectado y había llorado antes de hacer la llamada con él. ¿Que clase de Stark sería si admitiera que las jeringas me causaban pavor? ¡Jamás!

—Es que no me gusta verte enferma, menos sabiendo que... —dejó de hablar, lo miré centrar su atención al celular y fruncir el ceño con confusión.

— ¿Qué ocurre? —lo primero que pensé fue en que tal vez habían problemas o que May lo estaba llamando.

—N-no sé —respondió—, es Ned, me está mandando mensajes. Creo que es algo importante, espera.

—Está bien —respondí algo confundida por su reacción pero él pausó el vídeo de la llamada y revisó los mensajes de su mejor amigo.

Esperé unos quince segundos cuando él volvió a la llamada y se miraba apurado. Es más, estaba segura que incluso había dejado de sentirse mal.

—No sabes lo que está pasando —dijo alterado—, prende la televisión, está Sam en el museo del Capitán y algo está pasando, prende el televisor, préndelo —insitió.

—Ya voy, qué genio —di un leve suspiro antes de tomar el control y encender el televisor.

Sam estaba subiendo a la tarima para empezar a dar unas palabras con respecto a Steve, y todo iba bien hasta que la leyenda en la televisión dijo "Falcón entregará el escudo del Capitán América al museo".

—No puede ser —escuché a mi novio—, ¿sabías eso?

—Ay no —murmuré—. Peter, debo colgar, te llamaré en veinte minutos.

—De acuerdo...

No lo dejé despedirse porque terminé la llamada y fui corriendo a la sala, en donde Kozlov, Nadir y Bucky estaban.

¿Bucky? El viejito no se había ido aún a su casa, ¿por qué?

No, no, no.

¡Concéntrate, _____!

—Deberías de ver esto —bajé corriendo las escaleras llegar a la sala.

—No parece que te estés muriendo con la inyección —me reclamó Kozlov de forma burlona.

—Me estoy muriendo pero esto es importante —tomé el control y miré a Nadir—, lo siento —lo escuché quejarse pero puse las noticias.

— ¿Ver qué?

Cuando se sintonizó el canal, pudimos ver la noticia. Ahora Sam que estaba dando unas palabras en la conferencia.