ELEVEN

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A VECES LA VIDA NO SALE COMO QUERERMOS, como lo planeamos, o como alguna vez lo soñamos

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A VECES LA VIDA NO SALE COMO QUERERMOS, como lo planeamos, o como alguna vez lo soñamos.
Yo solía soñar en grande, siempre, desde muy pequeña me ví en algún puesto importante, en mis sueños era Barbie, me gustaba la idea de tener múltiples empleos y si resulté ser multifacética en mi adolescencia, pasando entre los mil y un trabajos de medio tiempo.

Paseando perros por las mañanas, atendiendo un mac donalds en la tarde y cuidando niños hasta altas horas de la noche mientras en lo profundo de mi corazón pasaba el día esperando una llamada, algo tan insignificante como la vibración de mi teléfono se convirtió sustancial para mí aquel año del 2013.

Hacía poco me había instalado nuevamente en Santa fe luego de vivir un tiempo en Buenos Aires, la capital del país no me había gustado, no sabía manejarme como en casa.

Día y noche pensaba y manifestaba esa llamada, la cuál no era para nada común, algunas esperaban el llamado de su novio, otras esperaban la de sus madres, yo por otro lado esperaba algo más grande, go big or go home.

Recuerdo perfectamente aquella tarde de marzo cuando me llamaron, plena siesta yo me encontraba en el Mac de La Ribera trabajando con mis compañeras, limpiaba el mostrador con un trapito mojado mientras compartía unas papitas medias sin sal con Julieta, una amiga mía del trabajo, mi teléfono sonó colgado en el bolsillo de mi delantal.

"Now go stand in the corner and think about what you did" Better than revenge de Taylor Swift sonó fuerte y claro en todo el shopping, la poca gente que había en el lugar volteó a ver de reojo antes de volver a lo suyo, me miré las caras con Julieta la cuál me alentó a atender de manera dulce.

- Atendé pajera no vaya a ser que sea.- En otro momento hubiese sido probable que la llamada que esperaba fuera de otra persona, un chico alto a quien bien conocía con quién había perdido el contacto, pero hacía ya años que yo no esperaba sus llamadas.

Tomé el teléfono con las manos temblorosas y ví que era un número desconocido, atendí.- ¿Si?- Julieta me miraba ansiosa mientras movía la mano como apurándome.- Si habla ella.- Comencé a caminar a lo largo del mostrador, un par de nenas se acercaron a la barra a pedir por lo que me alejé del lugar y empecé a hecharle sal a las papas fritas.- ¿Martes 15?- Me paré en seco, Julieta me miró sin dejar de contar monedas como una condenada.- Prueba de maquillaje, sí.- Me tapé la boca.- Sí, ahí voy a estar.- Julieta tiro la plata al cajón y metiendo todo en una cajita pre armada buscó los juguetitos, esta temporada eran de la Littlest Pet Shop.- Muchísimas gracias de verdad.- Dije unas boludeces más antes de cortar, Julieta me miró sin saber muy bien que decir, estiré la mano y agarré dos hamburguesas calentitas ya envueltas, le tiré una y ella la atrapó en el aire.

- Comé muerta de hambre, que lo pago yo con mi nuevo sueldo de modelito.- Ella saltó a abrazarme a los gritos como la loca de mierda que era, aunque la emoción le duró poco porque al toque se puso a devorarse dos hamburguesas, una en cada mano.

Ese martes 15 de marzo del 2013 fue la primera vez que pasé por la puerta de una agencia de modelos, no sería la última agencia tampoco puesto qué ese día fue el principio de lo que yo consideré una carrera exitosa.

Empujé la puerta de la salón donde acababa de tomarme las últimas fotos para Calvin Klein que iba a tener en la temporada, a veces ni yo me creía la suerte con la que había corrido. Si era cierto que había tenido que hacer muchos sacrificios para llegar a dónde estaba pero nadie me hubiera preparado para ser lo que soy hoy en día.

Saludé a algún que otro fotógrafo que se retiraba ya con sus cosas empacadas, todos eran muy amables conmigo, me acerqué a mi silla de maquillaje y me cubrí un poco con la bata que había dejado, no hacía frío con esos focos gigantes de luz con los que me quemaban las retinas sin embargo tampoco me pintaba andar en culo frente a toda la producción, tomé mi ropa y a pasito ligero me acerque al biombo divisor para poder cambiarme.

No tardé mucho en salir puesto que había otras personas que necesitaban cambiarse.
Había tenido la fortuna de dar con un Agencia puente que me representara, gracias a eso hoy en día había podido trabajar en lugares donde mujeres como Denise Ascuet, Florencia Arriola y Cynthia Arrebola lo hacían, pensar en llegar a alto como ellas me hacía bien.

Una vez ya cambiada con mi outfit de todos los días, un pantalón de vestir oversized, un sweater color crema, mi blazer negro y mis borcegos con corderito, salí de la especie de oficinas donde estábamos trabajando, recibí el mensaje del que era como mi chofer, me estaba esperando en planta baja.
Me apuré en bajar agarrando mi bolsito para ponerme un poco de manteca de cacao, tenía los labios a la miseria.

Al pasar por la entrada del edificio ya sabía lo que me esperaba, mi manager y amigo, Ignacio, me hizo de escudo humano de los cuatrocientos flashes que me dieron a la cara, últimamente estaban todo el día afuera del lugar, no por mi gracias a dios pero eso había conseguido hacerme más conocida de alguna u otra forma.

Una vez en el auto le sonreí a Nacho.- Cada vez están más rompe bolas los locos estos.- Se quejó.- No puede ser que les paguen por molestar a la gente.-

- Y viste como son los medios.- Rezongué con él también mientras me soltaba el pelo así me abrigaba el cuello, no podía permitirme enfermarme antes de un viaje importante.- Pasa que decían que iba a venir Zaira Nara a hacer noseque mierda de fotos por acá cerca y como estamos las chicas de Dominici y Dotto acá.-

- Cuando va a ser el día que te persigan a vos mamita.- Alzó las cejas, yo negué con la cabeza mientras agarraba mi teléfono que empezó a sonar.

- Dios me libre y me guarde.- El se rió mientras yo miraba la pantalla del teléfono, sonreí mientras leí el nombre.

Atendí la videollamada y me peiné un poco mientras me conectaba al otro lado del mundo, una cabecita rubia de ojos azules apareció en lo que era una cocina bien iluminada, miré el reloj, eran las 8 de la mañana, allá debía ser de mediodía.

- Tía...- Alargó con claro acento fingido de choni.- Si no te llamo yo no me llamas, eh.- De fondo podía oír como raspaba el fondo de una olla, acomodó un poco la cámara para que pudiera verle la mejor la cara antes de sonreírme de oreja a oreja.- Ya me has abandonado por tus amigas pijas modelos de Victoria Secret, si es que yo sabía que decirte que te hagas modelo era mala idea, me cago en mi yo de catorce años.-

- Yo también te extrañé, Andrea.- Y ese fue el inicio de una larga llamada como casi todas las mañanas.









NOTA DE LA AUTORA:

AAAAAAH, yo sé que es un comienzo de acto muy de mierda pero bueno, estoy emocionada.

Update: estoy feliz, me acabo de comprar DOS (2) pares de zapatillas originales con mi sueldito de traductora, soy tan feliz, soy una materialista.

El que diga que la plata no da felicidad tuvo plata toda su vida.

REFLECTIONS | Misho AmoliWhere stories live. Discover now