FIFTEEN

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MIRÉ LA HORA EN MI TELÉFONO CON CANSANCIO MIENTRAS LLEVABA MIS MALETAS POR TODO EL AEROPUERTO, el calor de Madrid me pegó de lleno, sabía perfectamente que me podía enfermar

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MIRÉ LA HORA EN MI TELÉFONO CON CANSANCIO MIENTRAS LLEVABA MIS MALETAS POR TODO EL AEROPUERTO, el calor de Madrid me pegó de lleno, sabía perfectamente que me podía enfermar.

A pasito apurado me acerqué al baño de mujeres y me empecé a sacar ropa, en Argentina era pleno invierno por lo que había subido abrigada, me puse una camiseta de tirantes, un short, y mis converse negras.
Me mojé un poco las ondas para que se armaran nuevamente y, metiendo la ropa arrugada a la maleta, salí del baño a las afueras del aeropuerto donde varias personas también se encontraban intentando conseguir un taxi.

Paré el primero que ví y me subí cerrándole la puerta en la cara a una vieja que me lo había intentado robar.

— Buenas tardes.— Acomodé el equipaje y una vez terminé le indiqué la dirección de mi antigua casa, el trayecto me iba a salir un riñón.

Abrí WhatsApp para mandarle a Nacho que ya había llegado y le contesté unos mensajes a Andrea.

Rubia tarada

What are you doing loca.
06:55

Después cuando te levantes avisame a que hora te llamo, te tengo que contar cosas.
06:56

Buenos días estrellitas, la tierra les dice hooola.
10:34

Duermes más que una morsa.
12:42

Buenos días a vos también.
17: 23

En un rato te llamo, dejame llegar a casa y cocinar.
17:23

Para cuando llegué a casa ya eran las seis y media de la tarde, el sol no se iba a poner hasta en una hora, abrí la maleta con cuidado y saqué la llave de casa, la cerradura se abrió fácil, la casa estaba desocupada mas no abandonada, Andrea venía una vez al mes a abrir las cortinas y asegurarse de que no hubiese ningún problema, aún así había un poco de olor a encierro.
Cerré la puerta con llave y tiré mi maleta a alguna parte de la casa, abrí todas las ventanas que pude incluída la puerta del patio, hacía doce años que no venía a esta casa, me tomé un momento para apreciarla, seguía todo igual, el tiempo no había pasado acá adentro.

Sin miedo me saqué la ropa que traía puesta y la tiré al sofá del salón, me puse un pijama de seda cortito y fresco y me quedé descalza, estaba en casa después de mucho tiempo.
Me acerqué a la cocina y abrí el gas para que empezara a circular tranquilo, prendí el parlante de música viejo que había e intenté conectarlo a mi teléfono moderno, conectó, el sonido no era el mejor pero tendría tiempo de comprar cosas más tarde, iba a quedarme dos semanas de vacaciones por ahora, luego vería a dónde me llevaba el viento.

REFLECTIONS | Misho AmoliWhere stories live. Discover now