THIRTY-FIVE

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ME SORPRENDÍ AL VER A NACHO EN MI PUERTA AQUELLA MAÑANA DE MAYO, no me lo esperaba, había vuelto temprano de su viaje, abrí la puerta de par en par dejándolo pasar

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ME SORPRENDÍ AL VER A NACHO EN MI PUERTA AQUELLA MAÑANA DE MAYO, no me lo esperaba, había vuelto temprano de su viaje, abrí la puerta de par en par dejándolo pasar.

Tenía la ventana que Mihail no se había quedado hoy, quería prender directo y lo dejé ser, ya lo había disfrutado plenamente toda la semana aunque debía de admitir que me había acostumbrado a que sea una estufa con la que podía dormir abrazada, cuando estaba relajado sus músculos eran blanditos, era la almohada perfecta.

Tenía buen semblante cuando entró en la casa y me dió un abrazo por lo que me callé y dejé que hablara.

- Ya nos podemos quedar tranquilos.- Me dijo feliz.

- Yo tranquila ya estaba igual.-

- Y si no agarrás la pala hace como un mes, hija de puta.- Me encogí de hombros.- La semana que viene, el 27 tenés pasarela para Vogue, te recuerdo.- Asentí, estaba bien al tanto de eso.

- ¿Milán o París?- Pregunté caminando a la cocina.

- Las dos.- Al final del día si iba a tener que trabajar de verdad, abrí la heladera y saqué un potecito de helado.- Suerte que sos flaca porque con lo que comes... ay mamita.- Le saqué la lengua me vibró el teléfono, una llamada Andrea, últimamente me llamaba todo el tiempo, sobre todo antes de entrar a la ducha para que le haya compañía, Nacho me hizo una seña y se fue a su cuarto a descansar.

Atendí y la puse en altavoz.- Buenass.- Iba a continuar pero el ruido de su llanto me tomó por sorpresa tanto como sus palabras.

- Tía, creo que estoy embarazada.-

¿Saben de esas situaciones en las que tenés que repasar las últimas palabras un mínimo de tres veces para cerciorarte que no escuchaste mal? Esta no era una de ellas porque la había escuchado clarito, solo estaba repitiendo las palabras.
Fueron segundos los que me tomó reaccionar, tomando la llave de casa de la encimera prácticamente corrí arriba en dirección a mi habitación.

- Estoy saliendo.- Y corté.

Entré en mi cuarto y tomé el primer Cardigan que ví junto a un par de pantuflas que me puse para intentar no morir del frío. Nacho se asomó por la puerta con cara de circunstancias.

- ¿Ta' todo bien?- Yo negué con la cabeza pasando a su lado.

- Voy a salir a ayudar a una amiga con unas cosas.- Comencé, tuve que volver a entrar al cuarto porque me había dejado las llaves de casa.- No se cuándo vuelvo, hay comida para calentar en la heladera.-

- Dale, cualquier cosa mandame un mensaje.- Yo asentí y fui a despedirme con un besito de cachete.

- Dale, nos vemos.- Bajé corriendo las escaleras como alma que lleva al diablo.

Azoté la puerta de la entrada como para hacerla giratoria y comencé a caminar rápido calle abajo, la casa de Andrea quedaba apenas a seis manzanas de la mía.
Estaba nerviosa, como alerta, no sabía cómo reaccionar ante esta situación, Drea siempre había hablado de tener hijos como si fuera la cosa más bonita del mundo, ¿Que había cambiado? La angustiaba.

REFLECTIONS | Misho AmoliDär berättelser lever. Upptäck nu