REFLECTIONS | Misho Amoli

THIRTY-SIX

ABRÍ LOS OJOS DESPACITO, había dormido excepcionalmente bien y sabía el por qué.
Bajé la mirada a mi estómago dónde Mihail descansaba plácidamente, se había quedado en directo hasta altas horas de la madrugada y ahora no iba a querer despertarse, era tarde ya, tenía que levantarlo o iba a llegar tarde a la cita con el médico.

Le acaricié la nuca con las uñas para hacerle cosquillitas, levantó la cabeza para mirarme aún dormido.— Buenos días guapo.— Me sonrió.— Me vas a tener que dejar salir, tengo que pasarla a buscar a Andrea para ir al médico.—

— ¿Para la ecografía?— Asentí, el me dejó un besito en el costado y se corrió para que me pudiera levantar.— Tengo que levantarme también ya, quería ir al gimnasio un rato antes de la tarde.—

— No seas gil, quedate a dormir un rato más.— Lo empujé un poquito y me levanté para cambiarme de ropa, me había bañado anoche.— Por hoy aunque sea.—

Negó levantándose de la cama.— Me muero de hambre igual.— Comencé a cambiarme en el lugar.— ¿Quieres que baje y te prepare unos mates?— Me lo pensé un segundo pero negué.

— Tengo que hacerme unos análisis y tengo que ir en ayunas, voy a aprovechar que estoy por el centro médico.— Él asintió.

— ¿Algo que nos preocupe?—

— Solo de rutina.— Me dió un piquito antes de bajar.

Terminé de cambiarme y me pinté un poco para no parecer tan muerta, tenía mala cara. Para cuando bajé el ya se encontraba desayunando.

— Sabés...— Empecé, me paré en frente de él para que me mirara.— Yo también me hice un test con Andrea.— Bajó el tenedor al plato, prestándome atención.— Ella insistió realmente, yo le dije que no estaba embarazada pero me dijo que tenía todos los síntomas y terminé haciéndomelo para complacerla.—

— Valentina.— Me cortó, lo miré.— ¿Estás...?—

— ¡No!— Casi que grite.— No...— Dije ahora más bajito.— No se por qué sentí que tenía que decírtelo.—

Él asintió.— Querías que sea positivo.— Me sorprendió su conclusión, porque eso era, lo había afirmado, me miraba fijamente como esperando una respuesta.

— No es que lo quisiera.— Empecé, estaba gesticulando mucho.— Es que cuando empezó a decirme que podía ser, le di muchas vueltas...—

— Y te hizo ilusión.— Boqueé como pececito pero terminé por agachar la cabeza en un si.— ¿Estás bien?—