Napoleón Bonaparte, quien derrotó a Austria, Prusia, Rusia y Gran Bretaña y se convirtió en el verdadero gobernante de Europa.
Después de la revolución, renunció como presidente y disfrutó de su retiro en Luisiana.
Un día, abrió los ojos... ¿Y era e...
Entre la Coalición y la Unión, la más urgente de las dos era la Coalición. El hecho de que el batallón aliado Austro-Polaco-Francés, que estaba estacionado en Polonia, se desplazara hacia el norte fue un factor que alentó en gran medida la sensación de crisis en el mando de la Coalición.
Se pudo ver que el poder de los dos ejércitos actualmente reunidos en el humedal de Orime era casi igual. ¿Pero qué pasaría si los refuerzos se unieran a un solo bando? Por supuesto, se rompería el estrecho equilibrio.
Tan pronto como Alexander I se enteró de la derrota del Ejército Ruso-Sueco liderado por Tormásov, llamó a las fuerzas estacionadas en el Mar Báltico o en la Península de Crimea.
Pero estaban físicamente tan lejos que simplemente no podrían llegar a tiempo al campo de batalla.
El batallón Austro-Polaco-Francés llegaría al humedal de Orime mucho antes que ellos y atacaría el lado de la coalición. Al final, la Coalición tuvo que atacar primero antes de que eso sucediera.
"Por la caída de Napoleón y Francia, y la gloria eterna de Prusia".
La salud de Gebhard Leberecht von Blücher, Comandante en Jefe del Batallón Prusiano, era realmente mala.
Después de despertar del coma, sufrió tos sangrante persistente, fiebre y dificultad para respirar.
Blücher, que había estado luchando en los campos de batalla durante mucho tiempo desde su juventud, finalmente fue declarado irrecuperable.
Sin embargo, Blücher no se rindió y tomó opio para mejorar y retrasar su condición. En un estado de confusión mental debido al opio, a veces se volvía loco, él mismo lo sabía. Que su vida era realmente corta ahora.
Pero cuando su país estaba en peligro desesperado por culpa de su enemigo de toda la vida, ¿Cómo podía esperar su muerte con tranquilidad?
La voluntad indomable de destruir a Napoleón superó la voluntad humana y alcanzó el reino de los cielos. Ésa fue la última fuerza impulsora que mantuvo con vida a Blücher.
"Dios Todopoderoso, por favor no te lleves el alma de este viejo soldado antes del final de este campo de batalla".
Después de una breve oración, Blücher se levantó y comenzó a avanzar con el Ejército Prusiano. El objetivo del batallón de Blücher era repeler a las Fuerzas de la Unión que esperaban en el bosque de Pantin, al sur del humedal de Orime.
Allí estaban a la espera las Tropas Alemanas (Prusianas) de la Confederación del Rin y el Tercer Batallón Francés al Mando de Michel Ney.
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(Michel Ney, Duque de Elchingen y Príncipe de la Moscova y Mariscal del Imperio Francés durante las Guerras Napoleónicas)
Los resultados de las grandes y pequeñas escaramuzas en medio del humedal se podían escuchar en tiempo real, pero a Blücher no le importó y aceleró. Los oficiales bajo su mando expresaron preocupación por el audaz movimiento de las tropas, que parecía apresurado. Pero Blücher lo desestimó en una palabra.
