Capitulo XIX

1.8K 97 2
                                    

                  

Me miro un par de veces al espejo chequeando que mi vestido no sea ni tan corto ni tan largo. Me da miedo asistir a la fiesta de Justin, quizá falta una semana pero tampoco sé lo que somos. A ratos nos peleamos pero segundos después estamos intentando ocultar nuestros besos e indirectas. Nadie sabe nada, sin embargo creo que ya somos una droga necesaria. El contrato se fue a la mierda, aunque él y yo somos los únicos que lo sabemos, es nuestro pequeño gran secreto.

Alguien toca la puerta de la habitación, aún vivo en casa de Adrien. Él entra, inspecciona mi aspecto.

—Luces genial, Amy. ¿Por qué tan arreglada? —interroga.

—Recuerda que en una semana es la fiesta de cumpleaños de Justin, no quiero verme horrenda en frente de tanta gente —mi tono es de obviedad, algo brusco.

—Sabes que hay muchas consecuencias si vas a esa fiesta —su voz sonaba amenazadora—. Quiero lo mejor para ti y tu carrera, odio impedirte cosas así que es tu decisión sobre tu reputación con el mundo. Recuerda que las cosas cambiaron al aceptar entrar a este mundo —y salió, dejándome con la palabra en la boca.

Si supiera todas las cosas que hacemos, todas esas veces que nos hemos subido de nivel. Quizá solo era calentura, pero lo peor es que yo estoy sintiéndome realmente atraída por ese chico rubio. Me niego a mis sentimientos y no ejército a mi corazón, porque es solo un músculo, si trabajo en él se pondrá de una forma que podrán derribar barreras. Es lo contrario a cualquier músculo del cuerpo, si los ejercitas se ponen duros pero el corazón se habla da haciendo que más y más sentimientos entren a él.

Me despojo de aquella pieza única que llevo puesta junto a mi ropa interior. Entro a la ducha, reguló la temperatura a cálida. Me relajo, mis músculos estaban tan tensos pero con el agua caer sobre mis hombros volvieron a estar como debería. Toco mi cuerpo con delicadeza, como si alguien lo estuviera haciendo y pensara que soy una frágil pieza de cristal. Toco mi estómago que odio por veces, tengo un poco de guatita que sobre sale. Cuanto me gustaría que eso desapareciera. Mis pechos son pequeños, nadie gusta de ellos; no me importa. Aprendí a ser feliz con mi cuerpo después de un tiempo haciendo ejercicio, diciéndome mentalmente que debía sacar pecho, trasero y aplanar el estómago. No tuve problemas alimenticios, solo fue una depresión de momento, luego de perder mi virginidad. Soy un caso entre miles, es culpa de los chicos que piensan que somos juguetes.

(***)

— ¡Sorpresa! —gritan todos apenas entro al estudio.

Me parece extraño porque mi cumpleaños es en nueve meses y nada se me viene a la mente de lo que se podría celebrar.

—Tenemos una gran noticia —se acerca Adrien junto a Justin—. Las copias de tu disco ya han sido fabricadas, en dos días se envían a todo América, en una semana es el lanzamiento oficial y tenemos la primera copia para ti.

Justin tenía las manos atrás, ocultando algo. Sonríe, me mira directo a los ojos; tan particulares con sus, ya rutinarias ojeras. En sus manos se encuentra un cuadro de no más de 20x20 centímetros envuelto en papel de regalos, también se abulta algo encima.

—Toma, felicitaciones. Haz hecho un gran trabajo, tenemos toda la fe puesta en ti y tu talento —me abraza entregándome el regalo, me susurra algo al oído que apenas logró entender. Mis mejillas se tornan rojas.

Me miran con ansiedad y desesperación esperando a que rompa la envoltura. Sonrío emocionada, entonces comienzo a abrirlo. Primero cae un llavero, lo recojo al instante y sigo con mi trabajo. Es un marco con un vidrio transparente, adentro se encuentra una imagen de las que elegimos para el disco, abajo está el nombre "Dreamers". Observo el llavero, que obviamente era de Justin, y ojalá que nadie lo haya visto porque es una foto de nosotros cuando nos besamos en el photoshoot. Me sonrojo y el ojimiel me guiña. Lo último que se encuentra en el envoltorio me pone nerviosa. Con cuidado lo único entre mis manos luego de pasarle el cuadro a Adrien. Mis ojos se agrandan y un grito chillón sale de mis labios.

Es mi disco, mi primer disco.

Abrazo a todos, uno por uno sin importar la gran cantidad de gente que sea. Doy gracias muchas veces sin saber cómo reaccionar.

Abro con cuidado el disco con miedo a que se caiga o rompa. Adentro junto a la portada viene un librito con imágenes donde dicen canciones en cada una de ellas, vienen frases de cada una de las letras que escribí. Al final de este vienen unas palabras que escribí hace un tiempo cuando me sentía frustrada, ni idea de dónde las sacaron. Sonrío a más no poder, tomó el disco color gris con rosa, admirándolo. En la parte de atrás hay una foto mía con las manos en la cara. Lo cierro, y veo la parte trasera pero de fuera.

—Vamos, hay que escucharlo —me recomienda un chico cualquiera.

Me lo arrebatan de las manos y yo me sorprendo, asusto junto a otros sentimientos mezclados.

Comienza la primera canción. Van en orden hasta que llegamos a la parte de los bonus track. Pasan dos canciones, no puedo creer que la última canción sea esa.

Justin mostró nuestra canción y han decidido ponerla.

Joder, lo voy a matar. La vergüenza me mata. La letra es subida de tono, cosa que me incómoda a tal extremo.

—Se escucha perfecto —me susurran, doy un brinco—. No puedo esperar a verte en mi fiesta de cumpleaños.

Cuando suenan las últimas líneas, él se separa. Todos me miran y comienzan a aplaudir.

Ojalá el público reaccione igual que ellos al escucharlo. Ahora es cuando me preocupa la reacción de los demás.

Espere llegar alto, allí arriba. En la cima de la montaña. Quedarme allí mucho tiempo, que nadie me haga caer.

*******

Tienen todo el derecho a odiarme.

He estado más pendiente de los estudios pero ya me quedan 8 días de clases y 5 exámenes. Estos últimos deciden si paso o no.

Estaré actualizando más seguido desde entonces.

Los amoooo.

I can see the storm © j.b.Where stories live. Discover now