Capitulo LXV

922 57 2
                                    

La gira por España seguía, hoy era mi último concierto en Barcelona y nos dirigiríamos a Portugal. Ya nada me emocionaba y cada vez me ponía más deprimida. Ahora era imposible ocultar mi cara de culo con maquillaje, los medios ya estaban enterados de que yo no estaba bien y que últimamente andaba en andanzas raras, he bebido tanto en los hoteles en los que me he hospedado que me han reclamado y les restó importancia porque pagó por estar ahí y es su problema que sean unos flojos de mierda que ni siquiera pueden levantar unas botellas.

Estoy enojada con todos y me he encerrado en mi habitación, quería salir a saludar a los fans pero me lo prohibieron porque estoy un poco pasada de copas pero es mentira. Estoy consciente y solo bebí un par de vasos de vodka en la mañana, o tal vez no, apenas lo recuerdo.

Observo mi móvil con la pantalla apagada, sigo con la esperanza de que aparezca un mensaje suyo pidiéndome disculpas por irse y dejarme tirada aquí, abandonada sin el calor de sus brazos que tanto extraño. Cuenta cada día que él está lejos de mi, han pasado diez exactamente y sigo sufriendo como el primer día. Dije que lo superaría y que no lloraría más por Justin, rompí la promesa conmigo misma el día en que lo dije. Ya nadie sabe qué hacer conmigo, solo estoy causando problemas al mundo e hiriendo a las personas que me apoyan.

Vuelvo a Estados Unidos en dos semanas y creo que es suficiente para volver allá y al verlo no romperme. Sé que soy capaz de superarlo en lo que me queda aquí. Un concierto tras otro he dado y han sido un éxito, un día más y tendré dos libres para salir, Portugal me espera pero nadie está enterado de mi llegada mañana en la madrugada. Dormiré en el avión y llegaré a recorrer los lugares sola, sin guardaespaldas. Podré liberarme y respirar aire fresco.

Me miró al espejo y veo el desastre que estoy hecho. Mi ropa tiene manchas oscuras por el alcohol que derramé hace un par de horas. Se ven las tiras de mi sostén caídas por mis brazos y mis pantalones están hasta mi cadera cuando deberían estar en mi cintura. Mi cabello está opaco y es porque la última ducha que tomé fue hace dos días, tiene nudos horribles. Tengo que hacer algo por mi persona, por lo menos intentar sentirme bien un día.

Recojo la ropa desparramada por el suelo echándola en el cesto de las prendas sucias, llamo a recepción pidiendo toallas y haciendo que se lleven el cesto para poder tener todo listo a la hora de irnos.

La ducha que tomé fue larga, casi una hora y ya me estaba atrasando, lo bueno es que me siento mejor que nunca, como si el agua me hiciera liberar todas mis tristezas. Me pongo un conjunto lindo de ropa interior, cosa que no hago desde que se fue. Evito pensar en el buscando un vestido lindo para irme al estadio. Dejo mi cabello caer peinándolo mojado, allá me alisarán y le pondrán pinzas para el show. Mis ojeras se han mezclado un poco con el pálido color de mi piel y sonrío, es momento de hacerlo. Me voy a levantar y vivir, sacaré mi yo desee dentro, desde el corazón podrido que tengo.

—Oh Dios, Amy —me abraza Mica—. Te ves renovada.

—Lo estoy, hoy daré cada partícula de mí en el escenario. Es hora de que me vean feliz y apartar esos rumores... Aunque hayan sido ciertos —la aprieto con las fuerzas que tengo.

—Me gusta —se separa—. Es hora de arreglarse y sonreír de oreja a oreja en este meet&greet.

Entré en mi camerino saludando a cada uno de los que me ayudaban con mi maquillaje y peinado durante la gira. La mayoría decía que hoy me veía diferente, más alegre y ellos estaban felices por mi. Yo igual estaba feliz y orgullosa de mí misma porque pude cambiar un pensamiento suicida por una sonrisa, Justin fue prácticamente mi amor más duradero pero no sería el último. Tengo muchas oportunidades en la vida, soy linda y tal vez simpática, él no será el único hombre que se fijará en mí. Tengo dieciocho años apenas ¿pensaba que me casaría con él?

Una vez lista, estoy en la bambalina con el logo de la gira y mi firma, entran uno por uno. Los fans me abrazan y lloran diciendo que era su sueño poder conocerme; les digo que mi sueño es poder conocer a cada uno de ellos, compartir lo que tengo con ellos y lo que más tengo para ellos son mis sentimientos junto a mi música. Sin ellos no sería lo que soy ahora, y me refiero a la Amanda que tiene un propósito el cual seguir. Estoy agradecida de la vida.

—Amy ¿por qué Justin se ha ido? —Una chica que formaba parte de una foto grupal toca el tema.

—Solo quería su libertad de siempre, desde aquí lo veían más que en Estados Unidos, sus andanzas terminarán cuando sepa que están mal. Intenté ayudar en eso peor fallé, no soy la indicada para llevarlo a buen camino —solté sin pensarlo—. Agradezco que hayan venido, disfruten el concierto y espero que lo que acabo de decir quede entre nosotros, no soy quién para andar hablando cosas confusas que ni yo entiendo.

—Gracias, Amy. Si sabes algo de él dile que lo amamos y que esperamos con ansias su regreso —me abraza la misma chica—. Prometo sellar mi boca respecto a esta conversación. Eres la mejor.

Terminan de pasar las fotos y yo corro a cambiarme. El vestuario de hoy es especial, ni idea porqué, pero lo han dicho. Espero que me sorprendan, porque siento que sorprenderme a mí es algo difícil a estas alturas.

Bajo las grandes escaleras del escenario, las luces de los móviles se ven alrededor de la arena y la primera canción comienza a sonar.

Hoy es un gran día, sin importar porqué, solo sé que nadie podrá arruinarlo.

I can see the storm © j.b.Where stories live. Discover now