Capitulo LVIII

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Aquí estoy de nuevo, luego de dos meses de ensayo y, apenas una semana de vacaciones, en el avión. Mi primer concierto en Europa y mi primera vez saliendo del continente. Debo admitir que los nervios me dejarán sin uñas, pero tengo un chico que me regaña cada vez que me ve con la mano en la boca y agradezco eso.

Justin viene conmigo nuevamente y ya no queda nada para que el contrato se termine, así podremos mostrarle al mundo lo mucho que nos amamos, lo felices que estamos juntos.

—Ven saquémonos unas fotos antes de subir —me sonríe sacando su móvil del bolsillo.

—Ven saquémonos unas fotos antes de subir —me sonríe sacando su móvil del bolsillo

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@justinbieber: aquí vamos de nuevo, Inglaterra nos espera.

Rio al ver nuestras caras en la imagen. La sube etiquetando mi usuario y es imposible dejar de sonreír.

Luego del altercado con Adrien, quedamos en buenos tratos. Entendió que las únicas personas que me harían cambiar de opinión sería mi madre o Justin. Lo más importante para mí.

Extraño pasar tiempo con la persona que estuvo conmigo toda la vida, pero supongo que así es el ciclo. Naces, creces siendo criada por adultos, se separan y muy pocas veces se ven porque tomaron caminos muy diferentes.

Nadie vio mi moraton de hace unos meses y me sentí aliviada por ello, salí de muchos problemas por la persona que contrataron para maquillarme. Al fin y al cabo, me encantaría poder mostrarle al mundo que tengo el mejor novio de la historia.

Atlanta, durante los dos meses que estuvimos allí; fue maravilloso. Prácticamente la pasábamos veinticuatro horas, los siete días de la semana juntos. Aunque no pudiéramos salir, era bueno pasar tiempo con él.

Scooter y Justin rompieron casi toda la relación que tenían, me apené bastante por ambos. Se apoyaron durante tanto tiempo, el ojimiel no estaría donde está sin la ayuda de Scoot, lo mismo pasa con él manager. Estoy segura que se arreglaran en algún momento. También, el castaño dejó las malas juntas, pero de igual manera, llegaba borracho algunas noches a mi casa pidiéndome ayuda para sacar aquel dolor que tenía en el corazón. Ese día los paparazzis lo dejaron mal, más mal de lo que estaba frente al mundo. Ese día me aseguré de acompañarlo a cada lugar que se dirigía. Tengo que confesar que temo por su vida luego de su historia contada por la madre.

Me abraza por detrás sacándome de pensamientos. Le sonrío. Quiero lograr pronto que sus sonrisas sean por lo bonita que es la vida. Le quedó muy claro ese día en el hotel que yo estoy y estaré a su lado por siempre, no importa si dejamos nuestra relación amorosa, he crecido durante mis años de vida que si existe la amistad entre el hombre y la mujer, entre ex novios también.

Me duermo de inmediato al subir al avión, hoy no tengo concierto pero llego directo a la prueba de sonido. Aquí estoy de nuevo cansándome, pero es lo que desee mi vida entera.

(***)

Llegamos e hice lo que tenía que hacer, me desocupé temprano por lo cual pensé dormir pero el jet lag fue peor de lo que imagina, más aún por haber dormido las más de doce horas de viaje.

— ¿Quieres recorrer la ciudad? —Pregunta Justin acariciando mi cabello.

—Me gustaría ir a un lugar, beber algo, divertirme. Lo hago una vez a las miles, no habrá daños —sonrío, le como los labios y me levanto dispuesta a pasarla bien.

Me siguió saliendo de la habitación para dirigirse a la suya. A pesar de que casi la mayor parte del tema sabía que estábamos juntos, temíamos por la discreción que nos prometía el hotel.

Un vestido corto de lentejuelas negras, unos tacones de quince centímetros y mi cabello cayendo de un lado con las ondulaciones fijadas, llamé a Adriana, una de las que se encargaba de mi maquillaje en la gira.

Demoró un par de minutos. En casos así me doy cuenta que soy un asco produciéndome con el maquillaje.

Hace algo leve con mi cara y busca entre mis cajones de accesorios –que me han regalado a medida del tiempo–, encontrando una hermosa cadena de tres piezas junto a dos pulseras de color dorado.

—Perfecto —sonríe—. Cuídense, me gustaría acompañarlos pero el tiempo corre y mi marido me espera en un restaurante.

—Gracias, Adri —beso su mejilla—. Que te vaya excelente y le envías saludos de mi parte.

Nos despedimos. A los minutos llega Justin, un par de bailarines y otras personas del equipo.

Subimos a dos furgonetas negras y aquí la plaga de fotógrafos es el triple que en los Estados Unidos por el simple hecho de que no viven tantos famosos como allá.

Al intentar entrar al night club me agobio y pido algo fuerte en la barra.

Desde que empecé en esto de la fama, aprendí a beber. Me refiero para compartir, no es algo que vaya a hacer a diario.

Al cabo de una hora con treinta, ya estaba totalmente borracha junto a mi novio. Reíamos por cualquier estupidez que se nos ocurriera. Nos tocábamos demasiado para estar en un lugar público donde la gente con facilidad podría sacar su móvil y hacernos fotos pero no nos importó. Estábamos en nuestra burbuja divirtiéndonos, siendo como realmente somos pero sin estar a conciencia.

—Vamos a bailar —me llevó de la muñeca hasta la pista.

La canción eran de esas que se bailaban apegadas y se hacían movimientos sensuales, provocativos. Ni siquiera dudé en seguir el ritmo de la música apegando mi trasero al de Justin, quien de inmediato posicionó sus manos en mi cintura como si fuéramos a follar en cuatro.

En un momento me gira, agarra mi trasero y me lleva directo a sus labios. Le sigo el juego restándole importancia a los flashes que están a nuestro al rededor, que a pesar de tener los ojos cerrados, se sienten.

Me separo y le sonrió coqueta. Miro al rededor y les saco ambos dedos de al medio posando para sus cámaras.

******

MARATÓN 3/3

SO, I JUST FINISHED!!!

Bueno, nos leemos mañana con el capítulo correspondiente.

LOS AMO

XOXO

I can see the storm © j.b.Where stories live. Discover now