Capitulo LVII

1K 67 1
                                    

Desperté por las quejar que emitía Justin al tener resaca. Le indiqué donde estaba el botiquín y las pastillas que me han dado en recepción; seguí durmiendo como cinco minutos más, ya que, mi móvil sonó en mi oído. Ni recuerdo haberlo dejado ahí.

— ¿Está Justin ahí? —Scooter suena preocupado, sin importarle el saludo.

—Despertó hace un rato, está en el baño —bostezo.

—Dile que consiga un móvil pronto y que deje de andar por ahí borracho —suspira con alivio.

—Bueno, adiós —corto.

Miro la hora, es bastante tarde. Recuerdo que debo ir al estudio para retocar el álbum que fue grabado en tiempo récord, entonces me levanto lo más rápido posible.

—Justin, voy al estudio ¿vienes? —Lo veo sujetarse del lavado la cabeza entre sus manos—. ¿Estás bien?

— ¡Vete! —le escucho sollozar.

— Hey —susurro llegando a su lado—, estoy aquí para ti. Saldremos juntos de ella ¿lo recuerdas?

Tomo ambas manos entrelazándolas con las mías. Le doy un beso esquimal haciendo que se tranquilice. Me mira a los ojos con compasión como si yo fuera la afectada, le sonrío.

Lo llevo hasta la cama, al igual que hice anoche. Dejo de lado lo que tengo que hacer para curarlo aunque sea temporalmente, porque así se empieza; de a poquito.

Beso su frente, él necesita ser protegido y dejar de ser el corazón de fierro que aparenta.

Mi madre me enseñó a abrirme con la gente que me inspira confianza, ahora intento ser una persona que lo hace para que el chico que me gusta, que me trae loca, pueda confiar lo suficiente en mí y decirme lo que siente cada vez que esta triste o en un estado diferente al neutro que muestra constantemente.

Quiero ponerme en su pecho pero soy yo la que cuido en este momento, trazar mis dedos dibujando cada tatuaje que tiene.

—Bésame —le digo obligándolo a mirarme.

Lo hace con miedo, con arrepentimiento pero no tengo idea y lo olvido al contacto de sus labios con los míos. Suaves besos que empecé a extrañar desde el primer día, desde el avión. Sigo su beso, lo intensifico, voy a hacerlo olvidar ofreciendo mi cuerpo. Sé que le gusta, lo ha demostrado incluso antes de estar conmigo.

Introduzco mis manos por su camisa de tela, recién me doy cuenta que va de medio traje formal. Un escalofrío recorre mi espina dorsal cuando sus dedos recorren mi piel, está frío.

Vuelvo a sentir su delgadez del principio, ni siquiera han pasado dos semanas para que cayera en su hoyo profundo que la gente está cavando. Quiero entender qué es lo que le afecta tanto, ver si puedo darle luz a su vida.

Siento el recorrido desde mi tripa a mis senos desnudos por la comodidad que tenía de ir sin sujetador. Le da suaves masajes hasta que escucha un gemido de mi parte y presiona mientras me deshago de su camisa. La desesperación me hace respirar de forma irregular, ya estoy deseando tenerlo desnudo y que me toque como sólo él puede hacerlo, porque es particular a mi única experiencia y los sentimientos son mil más que la anterior.

—Te amo —lo escucho separarse de mi.

Mi cara debe de haber sido un monumento en aquel minuto que me confesó su amor. Es total shock saberlo de imprevisto, nunca dio indicios de amarme.

— ¿Pasa algo? —pregunta al ver mi expresión—. No espero una respuesta igual pero has quedado para adentro.

—Me haces tan feliz —lo abrazo—. Yo también te amo, Justin.

Hizo que nos separaremos dándonos otro beso esquimal. Él quería seguir y lo vi insegura, entonces nuevamente inicio yo. Al parecer, está funcionando mi plan de hacerlo olvidar, aunque el "te amo" fue de sorpresa, hizo que mis ganas de estar en su vida aumentaran.

Mi móvil nos interrumpe pero lo descartamos en nuestras opciones.

Justin baja a mis jeans de inmediato al haber quitado mi ropa de la cintura para arriba. Besa mi vientres humedeciendo mis lugares débiles. Estoy solo en bragas cuando comienza a marcar mi cuello. Notó su miembro levantarse –si eso es posible, porque está bastante excitado– y rozar mi rodilla. La cama comienza a rechinar cuando vemos que el tiempo que duramos siendo dos nos hará acabar antes de ser uno.

(***)

—Tengo que irme, Justin —intento zafarme de su agarre.

—Espérame —me hizo puchero.

—Adrien me matará —por fin deja su agarre.

—Que nos mate a los dos —se encoge de hombros recogiendo su ropa.

— ¿Traes algo planchado? —veo su ropa arrugada por nuestro último acto.

Una vez listo –encontró una camiseta limpia de él en mis camisas de dormir–, arrancamos en una van, que es nuestro único medio de transporte aquí. Entramos al estudio saludando a la gente que se encontraba allí, muchos nos miraron raro y supuse que era por el tiempo que llevábamos sin aparecer juntos. Coco –una de las chicas que he se me ha hecho amiga en todas las vueltas que doy por aquí–, me advirtió de lo furioso que podría estar Adrien por presentarme tan tarde.

Entro a su lugar y está vacío. Le llamó al móvil, suena por aquí. Salgo de su oficina, me encuentro a Scooter hablando con mi novio y a Adrien de lo más serio a su lado. Gira su cabeza a mi dirección viéndome.

— ¿Qué mierda llevas en el cuello? —hace un tiempo dejó de saludarme, solo me habla directo.

— ¿Qué? —doy una media vuelta dejándome frente al gran espejo de pared.

Dirijo mi miraba al cuello y tengo un gran moraton en un costado, me sonrojo en segundos pero la voz de Adrien me aturde más.

— ¡Es obvio que sospecharan que pasa cuando los camarógrafos te esperan fuera y te ven con Justin! ¡No sirvió separarlos por dos semanas! —Quedo estupefacta.

— ¿Qué acabas de decir? —ando sensible por los hechos acumulados en estos días—. Repítelo.

—Scooter y yo planeamos todo, la salida con amigos pero no vimos lo enamorado que estaban para ser tan estúpidos y volver después de esas fotos que subió ¡tenías que caer! ¡Terminar! —Apenas estuve a centímetros de su cara, le pegué una fuerte cachetada.

— ¡Deja de jugar con mi felicidad, se supone que me ayudarías a salir adelante y no a hundirme!

*******

MARATÓN 2/3

ESTOY ESCRIBIENDO EL 3 y EL DEL LUNES.

PÁSENSE POR MI NUEVA PROPUESTA "CHINA PALACE" ♥️♥️♥️ OS AGRADECERÍA MUCHO

DISFRUTEN, LOS AMO.

XOXO

I can see the storm © j.b.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora