Capitulo L

1K 61 1
                                    

Una vez que aterrizamos en Miami, mi tiempo es limitado, por lo que me separo de Justin apenas pisamos nuevamente los Estados Unidos.

Estoy en el estadio haciendo una prueba de sonido. Al escenario le falta por completarse, los trabajadores van de acá para allá. Muchos me saludan y hasta me piden fotografías. Como están apunto de terminar una parte esencial con el sonido, salgo a tomar aire y ver cuánta gente está esperando a que se abran las puertas, sin saber que nos hemos atrasado bastante con lo que debería estar listo desde ayer.

Corro hasta la fila más cercana a la reja, me dan unas ganas inmensas de abrazar a los chicos que se encuentran ahí y me ven, se alborotan e intento calmarlos para estar unos minutos más con ellos. El problema de adentro demorará y por mientras, yo me aburriría si me llevan allí nuevamente.

—Hola —saludo sonriente—. ¿Cómo han estado?

—Oh —una chica de aproximadamente quince años se lleva sus manos a la boca—, Amy —solloza y yo solo estiro mis brazos por entremedio de la reja.

—Shh... Tranquila —le susurro—. Estoy aquí, hablemos los pocos minutos que tengo.

—Amy, debo admitir que al principio solo te quise porque Justin y tú aparecían siempre en fotos —se sonroja una chica que tiene unos años más que su acompañante—. Pero cuando lanzaste tu disco me enamoré, perdón si te incomoda que diga esto pero has puesto en duda mi sexualidad —ríe y yo le sigo.

—Me encanta que te haya gustado mi música ¿es tu hermana o una amiga? —Le pregunto mientras la menor se separa sonriendo.

—Mi mejor amiga, verás que tenemos una diferencia de edad pero ella es una cerebrito y me ha alcanzado hasta el último año —ahora es ella quién abraza a su amiga—. Por cierto, es Kourtney y mi nombre es Abril, vivimos en Colorado pero nos tocó venir de gira como último año y aprovechamos a asistir.

— ¿Colorado? Eso es un poco lejos —escucho que llaman mi nombre desde lejos—. Un gusto chicas ¿quieren una foto antes de entrar?

Ambas asienten y toman sus celulares, lanzo un beso al aire haciendo más de una captura.

Camino tapando mis brazos porque el frío se está haciendo presente, Adrien —que ha venido hasta aquí luego de haber pasado un tiempo con su esposa e hija— me acoge con un cálido abrazo contándome los nuevos proyectos que tiene para el resto tanto como para mi. Una marca reconocida a pedido que fuera su modelo para la temporada de otoño-invierno luego de que termine la primera etapa del tour. Obviamente, acepté porque me divierto bastante en los photoshoot, donde también estarán posando las hermanas Jenner.

Justin llega unos minutos más tarde de mi última prueba de sonido y ensayo con vestuario. Me dice que no podrá estar durante el concierto disculpándose con besos y caricias.

—Donde sea que vayas, cuídate —le doy un pico.

Lo separan de mí por el poco tiempo que tengo para alistarme —no siento culpa, porque hoy todo ha ido contra el reloj—, me visto con el primer traje de la noche y me sientan al segundo comenzando a maquillarme. A veces pienso porqué me ponen tanto maquillaje y como, milagrosamente, hacen que me dure la velada completa.

(***)

Voy por el cambio de vestuario, el último; quedan unas tres canciones para que termine mi presentación cuando escucho murmurar a la gente alrededor del camerino. Es algo extraño en ellos cuando estoy acostumbrada a que me brinden sonrisas y me felicitan, en cambio ahora, sus expresiones son serias y duras. Algo anda mal aquí.

—Último cambio, ha sido un éxito —exclama mi manager, sin embargo, su sonrisa es lo más falso que he visto en mi vida—. No te quedes ahí pegada, allá afuera te espera una multitud.

Le hago caso sin prestar tanta atención al resto, nadie podrá arruinar el show, el único que puedo darles a Miami y sus habitantes que corean eufóricos mis canciones.

Camino ensayando mi entrada —solo por precaución debido a que debo ser una diva y cuidar no caerme—, suena la pista.

Escucho algo.

"Justin está en prisión, pero aún hay que omitirlo para que su prioridad sea el concierto"

Me derrumbo.

Mis pies caminan solos, a pesar del ruido en la arena, pude escuchar aquellas palabras. Me dije a mí misma hace unos minutos que nadie podía arruinar esto, pero él sí, después de que estuvo bien, pensar que lo despedí sin impedir que se fuera, sin saber que una hora más tarde mi novio estaría en prisión ¿y lo peor? No saber la razón.

Empiezo la canción y mi voz se quiebra al llegar al coro, las lágrimas que derramé en el principio dio a conocer que me encontraba fatal. Pedí que pararan de tocar.

—Eh —susurro con el micrófono apegado a la boca—. Estoy mal, estoy siendo sincera con ustedes porque se lo merecen. Me siento incapaz de terminar el concierto por ciertos motivos que ni siquiera entiendo en su totalidad. Quizás, muchos ya lo saben porque lo han visto en redes sociales, yo no, solo escuché un murmullo y es necesario que yo me vaya en este momento. Los amo, volveré pronto para recompensarlos.

Corro haciendo que mi cabello rebote de forma exagerada por lo difícil que es moverse con tacones.

Una vez sola dentro de mi camerino, grito y me derrumbo en el sofá.

Entra Adrien preocupado junto a Leighton. Me abrazan y un chico, que por lo nublada que tengo la mente, no reconozco, me lleva hasta la van. El conductor acelera e intenta que lleguemos lo antes posible.

Una vez en la prisión central de Miami, tanto fans de Justin como míos están situados afuera del recinto cantando sus canciones y formando un corazón entre ellos mostrando apoyo. Los saludo con la mano queriendo llegar rápido y verlo.

Se ha destrozado de nuevo, sus ojeras son notorias, los ojos los tiene rojos e hinchados dándome a conocer que ha llorado.

Entramos al juicio, le sacan las fotos correspondientes y comienza.

Según lo que logró entender; fue llevado por conducir a altas velocidades y con drogas en el cuerpo.

Transmiten cada detalle por TV excepto, la parte final, donde el juez habla lo que hay en el papeleo; Justin tenía 0,01 grados de alcohol y él mismo habla diciendo que en la mañana de ese mismo día, se bebió una cerveza con sus amigos.

Lo único real en el cuento fue conducir sobrepasando el límite. Le quitan la licencia durante dos años.

Aún así, no sé qué sentir y pensar, estar feliz porque han dicho la verdad o por lo poco prudente que fue. ¿Por qué insiste en problemas?

*******

Quería hacerlo más largo, pero me demoraría mucho más en actualizar.

2/3 que les debo!

XOXO, nos leemos mañana ♥️

I can see the storm © j.b.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora