Capitulo LIV

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Una vez que estuve levantada, debo confesar que quedé adolorida y mis pies no obedecían en su totalidad a mi cabeza. Tomé mi móvil y entré en Twitter, no saben las ganas que tenía de poder subir la foto de Justin que saqué mientras dormía. Es como un ángel.

Mis menciones estaban colapsando, las notificaciones estaban bastante locas y no entendía porqué.

Entonces ahí estaba, el hashtag como tendencia en todo el mundo #EuropaquiereaAmanda.

Minutos después de revisar los tweets de los fans, Adrien llama. Qué coincidencia.

— ¿Entraste a Twitter? —ni siquiera saluda.

—Si, la gente me quiere allí —suspiré, quería unas vacaciones.

—Creo que no viste toda la noticia —me deja confundida—. Se filtraron algunas fotos de los papeles que tenía en mi oficina, era confidencial y tampoco alcancé a mencionártelo.

— ¿Qué cosa? —últimamente la gente lo único que hacía era desesperarme.

—Aquellos papeles que subieron, eran ciertos. Eran sobre una segunda etapa de la gira, sé que tienes mucha música guardada que has compuesto en el viaje y me gustaría que antes de confirmarlo pudiéramos sacar un disco o dar la noticia de que irás pero empezar a trabajar de inmediato con tu segunda discografía —me cuesta asimilar lo que dijo por unos segundos.

— ¿Sin vacaciones? —digo desilusionada.

—Tendrás dos semanas luego de que el álbum salga a la venta ¿eso está bien para ti?

—Dios, bueno —boto un suspiro resignada.

Ya lo he dicho antes, me estoy hartando cada vez más. Quiero dormir todo el día.

Alguien me abraza por detrás, siento su respiración en mi cuello. Cortó la llamada sin olvidarme de despedirme. Me giro quedando frente a frente con mi novio, sonrío cansada. Él no dice nada, probablemente escuchó mi conversación y hace, ya unos minutos que está despierto.

Lo beso antes de tumbarnos nuevamente en la cama mientras me acaricia el cabello y yo trazo figuras imaginarias en su pecho suave. El silencio es cómodo y hace que mis ojos se cansen al mismo tiempo que mi cuerpo se relaje.

Recuerdo el viaje que tiene que hacer el castaño. Se me ha olvidado preguntarle a Adrien si debo viajar hasta allá para hacer el sello discográfico, de todas formas viajaré con Justin hasta Los Ángeles y avanzaré lo más que pueda en ello.

— ¿Puedo viajar contigo? También tengo cosas que hacer —hablo bajito por el sueño que me ha caído encima.

—Luego hablamos de eso —responde en un mismo que yo.

Bastaron segundos para que ambos cayéramos en los brazos de Morfeo.

(***)

El sonido ensordecedor del móvil hace que despierte exaltada. Este está debajo de la almohada y ha sonado al máximo.

Veo el registro de llamada pero no es mi móvil, es el de mi novio. Llamada entrante: Chantel. ¿Esta no era la chica que lo dejó tirado en Miami?

Lo dejo esperando a que él despierte. No le haré una escena ahora al menos que me de indicios.

Le muevo intentando despertarlo pero tiene el sueño pesado así que pego su móvil a su oreja haciendo que escuche fuerte en su oído.

—Hasta que despiertas —me rio—. Alguien te está llamando hace unos diez minutos, es mejor que contestes.

Serio y desesperado me quita el móvil, como si estuviera ocultando algo. Me parece extraño pero le estro importancia.

Llamo a Adrien para preguntarle si haremos todo desde aquí o debo viajar y quedarme un tiempo -cosa que no me gusta para nada. Él contesta diciéndome que estaría bien que me alojara allí duran una o dos semanas y que viajara lo antes posible.

Bajo las escaleras hasta llegar a la cocina, veo a Justin apoyado en el mesón de cerámica que le da un toque de elegancia. Lo abrazo pero se tensa alejándome e indicándome que aún sigue en la línea telefónica.

Busco algo que comer en los estantes, encontrándome con un montón de comida. Veo sopas instantáneas y le hago señas para tener su aprobación.

Pongo ambas en el microondas durante diez minutos que es lo que decía en las instrucciones.

Mira, salgo en una hora y un poco más, nos encontramos en el aeropuerto, alcanzo a escuchar.

Dios, no quiero que se junte con ella. Probablemente no sea la única que vaya, es decir, pueden ir los que le dejaron botado ese mismo día. Malas juntas.

—Justin —llamo—, está servido.

Él viene, me da un beso y me brinda una sonrisa. Cortó unos segundos antes de hacerlo.

—Voy contigo a Los Ángeles —no pregunto, afirmo.

—No puedes —aprieta su mandíbula—. Hubieses avisado antes.

— ¿Por qué? Debe de haber una razón por la cuál no quieres que vaya —contesto y sé que me estoy precipitando.

—Simplemente tengo cosas importantes que hacer, ni siquiera podré estar contigo —intenta mantener la calma.

— ¡Voy por trabajo! Aparte ¿qué tiene que nos vayamos en el mismo vuelo? ¿Por qué te has tensado? ¿Escondes algo? ¿Me estás mintiendo? —mi paciencia es tan corta que exploto en un segundo.

— ¿Por qué de repente desconfías? —frunce el ceño pero se nota que se está acumulando la rabia porque su cara está roja, la sangre se le está subiendo a la cabeza.

—Porque "Mira, salgo en una hora y un poco más, nos encontramos en el aeropuerto" —sitúo lo que dijo anteriormente—. ¿Por eso quieres que vaya por diferente camino? ¡Hasta te escapaste de mi lado para poder hablar con quién sea que hayas hablado!

— ¡¿Por qué escuchas mi conversaciones?! —Me sube el tono.

— ¡Porque ella fue quién te mandó a la cárcel durante cuarenta y ocho horas! ¡Porque sé que son malos para ti! ¡Porque puedes caer en cualquier cosa con ellos! ¡Porque tienes poco control de tu mismo en este momento! —Mis gritos probablemente se escuchan por toda la enorme casa—. ¡Porque quiero lo mejor de ti!

—Ya estoy bien de eso, ya lo dejé —baja la voz a un susurro—. Ve si quieres, pero ni pienses que dejaré mis cosas de lado por andar en las tuyas.

—Bien, nuestro camino es hasta los Ángeles juntos. Allí no me verás hasta que sea mi tiempo de volver —finalicé aquella pelea.

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¡SI GANA CHILE HARÉ MARATÓN, I PROMISE!

LOF YOU, CAPITULO MAÑANA Y ESTE ES EL PROMETIDO DE AYER.

XOXO

I can see the storm © j.b.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin