Capítulo 5: Reencuentro

2K 196 3
                                    

Conduzco nuevamente hacia Valparaiso, con canciones de Violetta para entretener a mi hija; como odio Violetta pero Cassia está en la etapa del fanatismo así que tengo que soportarlo. Cuando detengo el auto mis oídos dejan de sangrar, ok, estoy exagerando pero escondí el CD para no tener que escucharlo a la vuelta; saco a mi pequeña del auto y camino hacía Jacqueline, que está en el jardín regando las plantas. Cassia se queda atrás observando unas flores que le llamaron la atención por lo que a simple vista pareciera que vengo sola.

—¡Elizabeth! —dice apenas me ve— Me alegra que vinieras.

—Espero no haberla molestada, pero necesito hablar con usted y presentarle a alguien. Tal vez sea un poco fuerte la noticia pero tengo que decirla.

—Si es un nuevo novio, por favor no creo que...

—¡No! —me apresuro a aclarar—, nunca pude estar con nadie más desde Benjamín. La persona que le quiero presentar es un poquito más pequeña.

Retrocedo un poco para buscar a mi hija que seguía hipnotizada viendo las flores; la tomo en mis brazos y me acerco a Jacqueline quien abre muchísimo los ojos y puedo ver que se llenan de lagrimas.

—Es igual a Benjamín cuando era pequeño —dice poniendose una mano en la boca y a punto de llorar— ¿Ella es...?

—Su nieta.

—¡Oh por Dios! Es preciosa —se acerca a mi y ya no se guarda las lagrimas—, sus ojos son idénticos a los de mi hijo.

—Creí que la ayudaría un poco saber que tiene algo de Benjamín, algo que la ayude a recordarlo.

—¿Puedo cargarla? —yo asiento con la cabeza mientras le entrego a Cassia quien se muestra un poco recelosa al principio pero luego se deja abrazar— ¿Te fuiste de aquí embarazada?

—Yo...tenía miedo de la reacción de todos, mi familia no supo hasta ayer. No pude seguir con la mentira cuando supe que Benjamín ya no estaba.

Aunque puse mi mayor esfuerzo por no llorar, no lo conseguí; haciendo llorar también a Cassia.

—No llores mi niña, estoy segura de que tu familia te apoya ahora que sabe la verdad y yo también haré todo lo posible para ayudarlas, ya no estarán nunca más solas.

—Muchas gracias, yo...no sé que decir.

Nos quedamos un rato más mientras Cassia se familiarizaba con su abuela y luego antes de irnos, Jacqueline me dio la ultima foto que le había tomado a Benjamín hace unos meses para que le hablara a Cassia de su padre. Como Aún era temprano cuando me fui de la antigua casa de Benjamin, decidí ir a visitar a mi hermano enseguida e invitarlo a almorzar a algún lugar para recuperar el tiempo perdido.

En la mañana mi mamá me escribió la dirección de Adam en un papel así que la anoto en la aplicación de los mapas de mi celular y en pocos minutos estoy frente a un edificio que a simple vista se ve bastante sofisticado.

Luego de hablar con el conserje subo por el ascensor hacia el quinto piso y toco la puerta del que se supone es el departamento de mi hermano, deseando que mi madre no se haya equivocado de dirección pero cuando después de un largo rato alguien me abrió la puerta, y desee con todas mis fuerzas que me hubiese equivocado.

—¿Effie? —él parecía tan sorprendido de verme como yo a él.

—Diego —de todas las personas que pensaba encontrarme, él nunca pasó por mi mente— ¿Qué haces aquí?

—Creo que eso debería preguntarlo yo, ya que vivo aquí. Pero supongo que andas buscando a tu hermano.

—¿Viven juntos?

—No por mucho tiempo más, pero sí.

—¿Está aquí ahora?

—No, pero no debe tardar en llegar. Pasa.

Con mi hija en brazos, paso por su lado y veo como él la queda observando con curiosidad mientras nos acompaña a la pequeña sala de estar.

—¿Quién es está hermosura? —dice apuntando a la pequeña apenas la dejo en el sillón.

—Cassia —apenas pronuncio el nombre, me doy cuenta que él lo entiende; y sin darme cuenta mi corazón da un salto al ver que recordaba algo que creí sería insignificante para él—, es mi hija.

—¿Tienes novio?

—Es de Benjamín —digo casi en un susurro y veo que él hace una mueca.

—Siento mucho lo que pasó con él —dice en un tono demasiado serio—; debió haber sido muy difícil para ustedes este ultimo mes.

Veo en sus ojos demasiada curiosidad por saber lo que en realidad pasó con Benjamín pero no se atreve a preguntar nada. Es increíble, como después de tanto tiempo sigo sabiendo lo que piensa con solo verlo a los ojos.

—Solo lo supe ayer.

—Lo siento mucho.

—Yo también, pero prefiero no hablar mucho del tema —digo e intento desviar la mira hacia mi hija quien acaba de tomar un adorno que parece frágil—. Cassia no toques eso, se puede romper.

—No te preocupes, no creo que rompa más cosas que Adam cuando llega ebrio —su comentario hace que suelte una carcajada como hace tiempo no lo hacía— . Le pusiste Cassia, es increíble como conservaste esa idea tanto tiempo.

—Creo que es más increíble que lo recuerdes.

—Recuerdo cada uno de los momentos que vivimos juntos.

—Perdona si no puedo creerte.

—Yo...siento mucho por todo lo que te hice pasar, era muy inmaduro y no sabía lo que hacía.

¿Recuerdan al primer chico que me rompió el corazón?¿Por el que casi me lanzo a las rocas y Benjamín me salvó? Bueno, les presento a Diego Gassmann. Diego siempre fue el mejor amigo de mi hermano; lo conocía desde muy pequeña pero no fue hasta los trece años que empecé a verlo de otra forma y al parecer él a mí también. Nuestro "amor" o como quieran llamarlo era una especie de "amor imposible" ya que él tenía cinco años mayor que yo y al ser yo menor de edad le podía traer muchos problemas legales; aun así nos arriesgamos pero él decidió irse con otra. Nuestra relación comenzó siendo secreta ya que él tenía novia; Catalina, como la odiaba, pero la odié aún más cuando Diego me dejó para volver con ella. No sé si fue amor lo que sentía en ese entonces, en verdad si lo sé pero me pasé tantos años negándolo que llegué a creerlo; para todos mi primer amor fue Benjamín porque no conocían mi relación con Diego, pero ¿Cómo puedo decir que nunca lo amé si estuve a punto de suicidarme cuando me dejó?

—Prefiero no hablar del pasado, ya fue y no hay nada que se pueda hacer para cambiarlo. Yo cambié mucho en estos seis años, ya no soy la chica depresiva al borde de la anorexia; y por lo que veo tú también has cambiado. ¿Dónde quedo el chico de pantalones anchos que fumaba en la puerta del colegio para hacerse el rudo?

—No lo sé, supongo que en el mismo lugar en donde quedó esa antigua Effie.

—Nunca te había visto vestido tan formal.

—Soy abogado, debo vestirme así todos los días.

—¿Dejaste Medicina?

—Medicina era el sueño de mi padre, él mío lo estoy cumpliendo ahora.

El sonido del timbre nos interrumpe así que no alcanzo a felicitarlo por su decisión de "desafiar" a su padre. Por los recuerdos que tengo, su padre nunca lo dejaba hacer nada de lo que Diego quería y eso lo frustraba mucho; me alegro de que al fin pueda cumplir sus sueños.

Cuando Diego vuelve a mirar hacia mi, parece que ha visto a un fantasma ya que el color abandonó su rostro haciéndolo lucir más pálido que una hoja de papel. Eso me asegura que no es mi hermano el que tocó la puerta; y cuando veo a la persona que viene caminando hacia mi con cara de pocos amigos comprendo.

—Catalina —digo casi sin ganas, creo que era la última persona a la que quería ver. 


Voten y comenten por favor :3


Cartas a BenjamínWhere stories live. Discover now