Nora:

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Patch estaba sentado en la sala cuando entré. Con sus codos apoyados en sus rodillas. Pensaba en algo.

– ¿ estás bien?– Apoyé un hombro en el marco de la puerta.

– No estoy para nada feliz – contestó secamente.

Exhaló el aire, paso sus manos por su rostro, mirando hacia al techo.

– pero no dejaré que me arruine el momento.– se levantó y tomó su chaqueta.

– ¿ el momento? – no podía comprender a qué se refería.

– sube al jeep – me indicó.

– aguarda, sólo iré por mis cosas. – me regresó tomándome de la muñeca.

– no las necesitarás.– me mostró una sonrisa astuta.

– pero...
– anda.

Ya en el jeep, Patch condujo rumbo a una playa deshabitada. Las personas no solían ir por la magnitud de las olas. Seguía sin comprender por qué me había traído aquí.

– Patch – me sentí algo inquieta – estamos muy lejos. La niña despertará y me buscará. Además es tarde, los chicos no la escucharán si llora. Tienen el sueño muy profundo.

–no te preocupes, ángel – me tomó de la mano mientras conducía – Vee pasará por ella.

Lo miré sorprendida.

– ¿ Vee accedió a hacerte un favor? – aún no le agradaba del todo.

– nada que una caja de donas glaseadas no pueda arreglar.

–¡ vaya !– dije resignada – que fácil es convencer a Vee.

Patch rió bajo.

Detuvo el jeep a escasos metros de la entrada a la playa.

Caminamos por la arena tomados de la mano. Nuestros zapatos colgaban de su mano libre.

Al llegar a la bahía me detuve sorprendida. Mi quijada cayó. Patch me miraba sonriendome.

Mantas blancas, rodeadas por velas. Acompañadas por dos copas y una botella de champán.

Me impulsó a caminar más cerca del agua. Me rodeó con sus fuertes brazos y nos elevó en el aire. Lo suficiente  Para mirar desde un mejor ángulo.
Y así me percaté que no era lo único. Un poco más retirado de las sábanas, había algo escrito en la arena, rodeado también con velas.

Por una vida juntos.
Nora&Jev.

No me había dado cuenta de mis lágrimas. Cubrí mi boca con mis manos. Patch bajó nuevamente.

No me salían las palabras. Ahogada de amor por él, me giré para abrazarlo tan fuerte como pude. Él hizo lo mismo. Nuestro amor era casi palpable.

– es... Hermoso – mi voz se quebró.– ¡ me encanta!

No podía creer tanto detalle por parte de Patch. Él tenía un aspecto rudo, criminal y frío para todos los demás. Pero esto... Guau!

– me alegra que te guste, ángel. – me abrazó más fuerte. – es sencillo pero me tomó tiempo pensar en algo que te volviera loca de felicidad.

– y esto fue lo que se te ocurrió – continué.

– en realidad, pensé que un bebé lo haría pero supuse que ya estaba muy repetitivo así qué, me tuve que poner a pensar de nuevo. – bromeó.

Le di un ligero empujón en su hombro. Se mofó.

Emitió un bajo gruñido.

– nunca alcanzaré a agradecerte lo suficiente por  aceptarme en tu vida, aún sabiendo lo que era.

– con tu amor  me basta y sobra. – trazé sus labios con mi dedo.

Nos contemplábamos fijamente a los ojos. Nuestros rostros, iluminados por las velas, mientras la luz de la luna, bañaba los alrededores.
El cielo de una perfecta tonalidad azul obscuro, adornado por las estrellas, se reflejaba en el mar que éste a su vez, estaba inquieto. Todo se había confabulado con la hermosa sorpresa de Patch.

– he renunciado a todo por estar a tu lado, ángel. A veces quisiera huir de todo lo malo que se empeña en separarnos, pero no lo haré. Por que tú me das la fuerza para combatirlo. Estoy totalmente enamorado de ti desde el primer día en que te vi. He estado a punto de perderte infinidades de ocasiones, y me ha dejado devastado, ángel. No sé y no puedo vivir sin ti. Te has metido en todo mi ser e iluminaste todo mi mundo, rodeado por sombras del pasado rumbo a mi destino. Me enseñaste a creer en el amor, yo lo desconocía, todo era frío para mí y llegaste a prender fuego a mi alma.– Patch me acariciaba.–  antes de ti, cuando caí. Yo sabía que mi ser buscaba algo, en todos lados, viajaba de un lugar a otro sin saber qué era lo que quería. –,guardó silencio y sonrió con adoración – y cuando te encontré supe que eras perfecta y también lo que mi alma buscaba con locura  y desesperación. Encontrarte fue difícil pero valió la pena. Calmaste todo mi deseo creandome una necesidad implacable.

Estaba derritiendo mi corazón a fuego lento con sus palabras.

– Patch... – me ahogué con las lágrimas.

Me silenció poniendo su dedo en mis labios.

– sshh...– susurró – aún no termino.

Asenti con las lágrimas nublando mi vista.

– me tienes loco de amor. Cada vez que miro tus ojos, no me arrepiento de la manera en que te llamo, por que verdaderamente hay un ángel en tus ojos, vida mía. Voy a gritar al universo que estoy hecho para ti y tú para mi. Ya me tenias elevado y entonces, me das la noticia de que en tu vientre crecía una parte de mi. que te había entregado con amor y pasión. Imagina cómo estaba entonces. sólo te pido que jamás dejes de amarme, por que lo peor será la caída. – concluyó.

Lloraba como una niña de felicidad. Jamás me había dicho palabras tan dulces, tiernas y amorosas.

– me has dejado sin palabras. – chillé de emoción.

– no es necesario. Siempre haces demasiado.

Conectamos nuestras miradas. Se agachó para tomar las copas y la botella de champán. Destapó la botella y sirvió en cada una de ellas. Al final, dijo:

– por nuestra vida juntos.– elevó su copa.

– por toda la eternidad – continué.

– Nora&Jev. – concluyó.

Juntamos nuestras copas y bebimos de ellas.

Me reí por los nervios. Patch me rodeó con su brazo y me besó lenta y cuidadosamente. Me besó cada centímetro del rostro y después el cuello, de una manera qué sólo él sabía.

Bajó los tirantes de mi vestido holgado, cayendo. Dejándome sólo en un conjunto de encaje blanco.
Le desabotoné la camisa y la saqué por sus hombros. Revelando su musculatura perfectamente definida. Hubo un momento más de caricias y besos.

Lo había dejado totalmente desnudo. Me encantaba verlo así y saber que era sólo mío.

Me bajó despacio contra la suavidad de las sábanas de seda blanca. Pasó su mano desde mi mejilla hasta mi busto, bajando por mi abdomen desnudo, por encima de mi pubis, hasta llegar a mi pierna la apretó ligeramente.  Besándose metió una mano de bajo de mi y con una maniobra rápida soltó mi sostén, quitándomelo. Acarició mis senos. Siguió un camino de besos que empezó en mis labios, mi barbilla. Bajó por mi cuello, continuó por el valle de mis pechos, por mi abdomen. Deteniéndose en mi zona intima. Tomó por los bordes mis bragas y los deslizó hasta deshacerse de ellas. Siguió besando mis piernas.  Me estaba derritiendo por sus caricias y besos.  Era tan sensual.

Al regresar a mi, me contempló y acarició cada facción de mi rostro. Parecía que estaba memorizando cada parte de mi.

Después de mas juegos de caricias, besos y locas tentaciones. Comenzó su danza dentro de mi. Sólo él sabía lo que me gustaba. Dónde tocar para derretirme en sus brazos.

La luz de las velas, de la luna. El hermoso azul del cielo, el ruido tranquilizante de las olas inquietas, la suavidad de las sábanas, acompañadas de las ricas caricias y besos de Patch. Era la noche perfecta.

Finale (Parte II)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu