Patch sigue amando a Nora cómo el primer día que la conoció.
Decidieron vivir juntos una vida tranquila, pero ¿realmente los dejarían lograrlo? Su amor siempre se vio afectado por arcángeles, ángeles caídos y nefilim ¿ qué pasaría si una especie nue...
Estaba en la cocina tomando un vaso de agua. Brooklyn salió cargando a su hijo.
– ¿ vas a salir?– preguntó.
– iré al centro comercial. Katherine necesita ropa. ¿ sabes dónde está?
– supongo que afuera. No quiso ver televisión.
Salí a buscarla.
– katherine que haces aquí. No quiero mantenerte encerrada pero te agradecería que no te alejaras de la supervisión de alguien.
– me aburrí mucho.
– de acuerdo. Iremos al centro comercial a comprarte ropa. Y aprovechamos para que veas juguetes ¿ qué te parece?.
Aceptó, feliz.
Le había llamado a Nora pero no me respondía. Espero esté bien. Pensé.
Mientras esperaba a que katherine se probará la ropa, yo no podía dejar de pensar en el paradero de mi ángel.
Katherine salió con un vestido blanco.
Sonreí mientras la observaba mirarse en el espejo.
– luces hermosa. – le dije.– con ese vestido, pareces un angelito.
Sus mejillas se tornaron coloradas , característica que había heredado de Nora, por que de mi no lo creo. Corrió hacia mi y me abrazó. La llené de besos en sus mejillas , haciéndola reír. Me dolía pensar por lo que había pasado en aquel orfanato.
– vamos a ver tus juguetes.– le dije.
Salimos del centro caminando hacia donde había dejado la camioneta. Metí las bolsas de ropa y juguetes en la cajuela. También le llevaba algo Brooklyn , a Eider y al bebé. Había visto lencería de encaje y de inmediato pensé en Nora pero llevaba a la niña. Ya sería después. En su lugar le compré un vestido.
– debo ir a una tienda que está a un par de calles más abajo. Dejaremos la camioneta aquí. Vamos.– le di la mano y ya la tomó.
Caminábamos , cruzamos la calle y al llegar a la banqueta me soltó.
Guardé mi celular. Había seguido intentando comunicarme con Nora.
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Volteé para mirarla.
– ¿ qué sucede?– le dije.
No respondió.
– katherine?
– papí...– me alertó cuando escuché su voz temblar de miedo. Mi instinto fue aproximarme a ella y tomarla de nuevo de la mano.
