Patch sigue amando a Nora cómo el primer día que la conoció.
Decidieron vivir juntos una vida tranquila, pero ¿realmente los dejarían lograrlo? Su amor siempre se vio afectado por arcángeles, ángeles caídos y nefilim ¿ qué pasaría si una especie nue...
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fuí a ver sí no se había escapado y la encontré durmiendo tranquilamente. Me quedé observandóla. Ésta chica había nacido con la suerte de ser hija de la nefilim más famosa de la tierra, hay rumores de que también es la más poderosa; y del arcángel más poderoso del mundo angelical. Todo eso por haber creado a la raza Gelim.
No podía creer que fuera hija de Jev, luce tan... adorable, frágil. Cuando la tomé entre mis brazos para volar, sentí qué la quebraría.
Creo que estaba teniendo un mal sueño por la expresión de su cara, se quejaba con desesperación.
Me limité a observarla.
Tocaron la puerta y fui a abrir. Era muy temprano para visitas.
Abrí y era Jev, su rostro estaba ensangrentado, su ropa desgarrada y cabello alborotado.
- tsss... no te fue muy bien.
Recorrió el lugar con la mirada.
- es sangre nefilim.
Me dí cuenta del vestido desgarrado en el sofá.
Caminó y lo tomó. Claro que sabía de quién era.
Lo mantuvo en alto y arqueó las cejas, cuestionandóme.
- no pienses, mal. ..- dije
Podía ver en su mirada asesina las miles de formas en las que sé imaginaba partirme el cuello.
- ¿ qué quieres que piense sí encuentro el vestido de kath roto y en tu sala?- estaba controlando su voz grave.
- sé lo que parece pero no es así. Antes de traerla aquí, dos hombres mandados por un tal" chauncey" intentaron abusar de ella, tuve que intervenir cuando ví que le rompían el vestido...
Dejó de fruncir el ceño y se tensó.
- ¿ te esperaste a que sucediera esto para intervenir?- cada vez se molestaba más.
- tú me ordenaste que no me metiera hasta que mirara sí podía arreglárselas sóla o no.
- ¿ le hicieron algo?
Negué.
- los voy a matar...- gruñó en voz baja.- escuchame bien, Rommel. No importa sí ella puede o no, lucha en cuanto veas que está siendo atacada.
Volvió a quejarse.
Se giró y caminó de prisa a la habitación.
Katherine se revolvía en las sábanas y se arañaba la piel.
Jev la detuvo pero sé resistía.
Jamás había visto algo así. Su sangre manchaba su piel blanca.
La tuvo que abrazar para calmarla.
- todo está bien.- le susurraba- Estás a salvo.
Su rostro que quedaba debajo del cuello de Jev, reveló sus ojos en total blancura.
