Finale (Parte II)

Nora:

Llegando a casa, recogí el correo y miré un sobre de la escuela, era para reportar las faltas de katherine, más tarde llamaría.

El rugido de la moto de patch se apagó al llegar.

Llegó oliendo mi cabello

-  además de nosotros, ¿ quién está en casa?

Preguntó retirando mi cabello del cuello y oreja.

- nadie más-  me estremeció.

- en este preciso momento, solo quiero hacer algo-  su voz insinuante en mi cuello me hacía sentir la calidez en mi cuerpo que tanto me gustaba.

Me giré coqueta

- ¿ alguna petición?

Un gemido grave con mezcla de gruñido brotó de su garganta.

- tengo más de una...

Me levantó para llevarme a la habitación,  mi corazón ya iba desbocado, hambriento de deseo por tener su cuerpo desenfrenado y sin pensamiento alguno, pegado al mío. Estar con él así era entregarme al placer, al deseo, a sensaciones que te hacen enloquecer.

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Patch salió de ducharse con una toalla en la cadera y otra secándose el cabello.

- ¿ alguna novedad?

- hoy estuviste-  me mordí el labio- fascinante.

Emitió una risita coqueta y me tomó de la barbilla para besarme.

- dije novedad.

Y entonces recordé a Rommel.

- hay una y... te vas a molestar conmigo.

Frunció el ceño, racargándose en el mueble.

- Rommel vino queriendo saber el paradero de katherine

- dime que no se lo dijiste...- al ver mi expresión se pasó las manos por el rostro-  ángel por qué no me lo dijiste.

- por que cuando me tocas así, me haces olvidarme de todo.

- ¿ en dónde está ahora?

- en Italia.

Se enderezó.

-¿¡ fue por katherine! ?

En ese preciso momento llamaron a la puerta.

Patch se apresuró a ir abrir.

Katherine se lanzó a sus brazos y él la abrazó.

- ¿ te encuentras bien?

La observó de pies a cabeza

- sí, Rommel me ha mantenido a salvo durante el camino.

- quiero hablar contigo Jev.

- katherine, por qué no vas a darte un buen baño relajante?

Le propuse.

Asintió y subió las escaleras pero.antes , se levantó de puntillas para darle un beso en la mejilla a patch.

Aguardaron hasta que se escuchó el agua correr.

- ¿ qué te propones? - le preguntó-  ¿ tienes idea del peligro que corre!?

- lo sé,  no me voy a ir al cielo. - soltó-  la mantendré a salvo.

- ¿ qué te hizo cambiar de idea?

Con el pulgar se talló rápidamente la frente.

- ella me necesita,  eso es todo.

Pero a patch no lo iba a engañar.