patch:

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Años después...

Nora se encontraba hablando por teléfono con Vee cuando escuché que gritó de emoción y soltó el tazón.

Estaban locas...

– ¡ Vee está esperando un hijo de Scott! – Me informó

– me compadezco de él...
– ¡ Patch! – me golpeó el hombro.

La Tumbé en mis piernas .

– solo bromeó. – la besé – me alegro.

– ¿has visto a Damián?

– estaba a fuera.

– ¿ a fuera, con este clima?– se disgustó.

– ángel, está joven. Dejalo , solo está en el jardín.

Nora sacó la cabeza por la puerta.

– ajá, ¿con que en el jardín ,no?

Se quedó sosteniendo la puerta, me levanté para echar un vistazo. Damián no estaba.

*****

– ¿ a dónde podría haber ido?– preguntaba Nora , pegada a la ventanilla de la camioneta y temblando de frío.

Encendí la calefacción.

Frené de golpe.

–¿ qué pasa?

Agudicé todos mis instintos.

– está cerca. – orillé la camioneta. – no ha cubierto su rastro como le he enseñado.

Bajé bastante molesto!
Nora me siguió.

– quedate aquí, ángel. – la detuve de los brazos

– ¡no! Quiero ir .

Con la blancura de la nieve , lucía tremendamente angelical.

– quedate cerca de mí, a pesar de que han pasado años de tranquilidad , no podemos bajar la guardia.

Asintió con las mejillas rosadas.

Nos adentramos al bosque.

Damián:

Esa sensación que me persigue a todos lados, que siempre me sentía extrañamente atraído por el bosque. No era que me gustara , era más bien como si algo me llamara.

Estaba completamente sólo o al menos eso creía.

Sentí que alguien me miraba, esto era de locos.

Sentí que alguien me miraba, esto era de locos

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Damián...

Alguien dijo en mi mente. El clima era frío pero esas palabras hicieron congelarme , aún más que la nieve.

Observé todo a mi alrededor pero solo veía blanco y verde seco.

Sentí una gran inquietud y mi pulso comenzó a acelerarse.

No me estaba sintiendo del todo bien.

Caminé de regreso , sintiendo como se me cerraba la garganta cada vez más.

Escuché ruidos detrás de mí , volteé acelerado y no ví nada.

Mi instinto me decía corre, cuando a lo lejos ví una toga completamente negra y moviéndose  rápidamente de una manera siniestra hacia mí.

Corrí a gran velocidad varios kilómetros. Giré brevemente mi cabeza para ver si aún me seguía , estaba muy cerca de mí.  Corrí aún más , sintiendo a mis piernas protestar.

Miré nuevamente, se me fue la respiración al ver lo que era... Me estrellé contra algo bastante sólido como para tumbarme .

Tuve que reunir mi valor para mirar hacia arriba.

Solté un suspiró de alivio cuando ví la cara de mi padre. Aunque claramente estaba molesto, me sentí agradecido de que fuera él y no la cosa que me estaba siguiendo.

Miré hacia atrás y no había nada. Me levanté tembloroso.

Mamá apareció detrás de mi padre.

– ¿ te encuentras bien? – preguntó asustada. Se había plantado entre mi papá y yo.

Asentí aún distraído y nervioso, mirando a todos lados. Noté que mi padre observó mi actitud nerviosa y desplazó su mirada por los alrededores.

Mi madre me empujó molesta.

– ¿¡ en qué estabas pensando Damián !?– estaba colorada y pálida por el frío y la cólera.– ¿ sabes en los peligros que te metes?

La escuchaba pero no podía responder. Aún sentía la presencia de lo que me acechó. Y había sentido todo tipo de sensaciones y esta en especial me amenazaba.

Mi padre nos tomó por los brazos y nos indicó continuar con un leve empujón, mirando aún por todos lados. ¿ él también lo sentía?

****

Estaba tirado en la sala. Una espantosa tos me impedía estar en silencio ni siquiera por dos minutos.

Mamá apareció con una taza de chocolate caliente. Su cara me decía cuán molesta estaba.

La dejó para mí en la mesita de centro y me tocó molesta la frente.
Cada vez se disgustaba más pero por alguna razón, se estaba guardando sus reclamos. Me puso el termómetro y regresó a la cocina. Escuchaba sus voces , la de ella y la de mi padre pero me sentía tan mal que no pude descifrar de qué discutían.

Regresó con medicamento y me dio una dosis.

Papá apareció y me tocó la frente.

– estará bien en unas horas, nada lo suficientemente fuerte para matarlo ni seguir retrasando las explicaciones.– me advirtió con la mirada – anda, sube a tu habitación.  Ya hablaremos después.

¿ qué demonios era lo que ví en el bosque?

Un escalofrío me recorrió RL cuerpo. Estaba seguro de que no quería volver a verlo.

Finale (Parte II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora