Brooklyn:

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Utilicé un truco psicológico para hacerme invisible ante los demás.

Me senté en la recepción, tecleando en busca del nombre de Blakely.
Evité el elevador y corrí escaleras arriba.

Entré en la habitación. Había una enfermera, inyectando cosas en su intravenosa.

Blakely me vio y se sorprendió.

– señorita, creí haber ordenado que no tendría visitas – le dijo a la enfermera.

Al parecer no me conocía.

– así es señor. No hemos dejado pasar a nadie.

– y entonces ¿ qué hace ella aquí. – me señaló.

– ahí no hay nadie señor .
– ¡si! Es una chica.

La enfermera lo miró raro.

– tranquilice se . son los medicamentos. – se apresuró a salir – si necesita algo avise me.

Estuvo a punto de tocar el botón de emergencias pero lo detuve.

– ¿ qui.... Quién eres tú? – preguntó sudando.

– ¿ de verdad no me conoces? – le pregunté irónica y aterradora.

Tragó saliva.
Estaba nervioso.

– ¡ revelate! – me ordenó – ¿ quién eres tú?

Puse una sonrisa satisfactoria al ver su miedo.

– aquí las preguntas las hago yo. – jugué con la manguera de su intravenosa. – pero contestaré tu pregunta.

Caminé al rededor de su cama.

– vengo de parte de alguien muy poderoso. Y resulta que está muy molesto y a la vez desquiciado por que alguien le secuestro algo preciado para él.

– pero eso no es todo – continué – sacaron ventaja de la hechicería diabólica y Según me informan, tú eres el único que queda quien la puede manipular a la perfección.

– ¿ quieres saber si yo dí hechicería diabólica?

Asentí.

– ¿ quién lo solicita? – preguntó.

– eso no te importa.

Sonrió nervioso.

– me recuerdas mucho a alguien...– me analizó unos minutos y luego parecía que hubiera visto a un muerto.

– ¿ no serás...?, – volvió a pensarlo – eres descendiente de Patch.  Es él quien te ha mandado.

– felicidades. Acertaste – dije sin emoción alguna. – ahora dime quién secuestro a mi hermano.

Endurecí la voz.

– yo... Yo no lo sé.– tartamudeó.

– haz estado utilizando la hechicería diabólica?– intenté.

– no...
– oh, ¿ de verdad?– le tomé el brazo. – entonces, ¿ qué es esto?

Tenía una tenue luz azul en la piel.

Sudaba a mares.

– de acuerdo... Lo acepto. He estado utilizándola pero yo no tuve nada que ver com el secuestro de tu hermano. Ni siquiera lo conozco.

Parecía sincero... Intentemos de otra manera.

– ¿ a quién se la has estado proporcionando?

Se quedó mudo.

– habla – le ordené.

No quería hacerlo.

Finale (Parte II)Where stories live. Discover now