Patch:

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Me siento tan cansado pero eso no importa. Salvé a mis dos hijas.
Miré por el retrovisor.

Estoy casi completo. Y digo casi por que me hace falta mi ángel.

Kairos estacionó la camioneta en la entrada.

Estuve a punto de abrir la puerta cuando escuché a Nora platicando con un hombre.
Me quedé en silencio para escuchar.

– Nora sé que es imprudente de mi parte, más por que tienes una hermosa familia y sé que amas a Patch y él a ti. Pero no puedo borrar lo que siento por ti, y es que eres sorprendentemente hermosa. Cautivas. Y creeme, que cuando tú y Patch dejen de sentir amor... Yo estaré aquí, esperándote.

Abrí la puerta justo cuando dijo:

– y para hacer completa mi imprudencia... – la jaló del cuello y la besó.

Fue como si hubieran hecho explotar una bomba en mi estómago, con millones de agujas estallando y encajandose por todos lados.

Nora lo aventó y le dio una tremenda bofetada .

No se habían dado cuenta de mi presencia aún.

– ¡ no vuelvas a hacer eso!– le gritó.

Entre con un único objetivo.

Desbaratarlo con mis propias manos.

Lo tomé de la chaqueta y lo giré para golpearlo. Puñetazo tras puñetazo

– ¡ Patch! – gritó Nora cuando lo estampé en los cristales.

Quería desaparacerlo .

Nora me abrazó por detrás y me obligó a parar.

– No vuelvas a tocarla o te juro Israel que vas a arrepentirte de haber puesto los ojos en ella.

– Patch, yo ... Siento algo por ella

Definitivamente se quería morir.

– ¡ Es mía! – gruñí tan fuerte, que sonó como si desgarrara mi garganta. – es mi chica y te juro que si no te alejas de ella te voy a cazar y cuando te atrape, te voy a torturar hasta que me supliques por tu vida.

– no hay necesidad de amenazar , Patch. Sé que debo alejarme de Nora. Pero tengo fe en que el amor que se tienen se va a extinguir y entonces yo estaré esperándola. Así sea en una eternidad, soy inmortal y tengo tiempo de sobra.

– pues si no quieres hacerte mortal, será mejor que te largues.

Kath entró corriendo.

– mamí – corrió a los brazos de Nora.

– ¡ katherine! – la abrazó y la levantó. – ¿ estás lastimada? Dime si tienes algún dolor. – revisó sus brazos y sus piernas.

Ella negó.

Eider apareció en la puerta, cojeando apoyada del brazo de Kairos.

Supongo que el efecto del veneno aún no pasaba.

– oh por dios...– murmuró Nora. – Patch, dime que no estoy imaginándolo. Dime que realmente es Eider. – lloró.

Sonreí.

– ¿ por qué no lo compruebas tú misma.– la animé.

Me miró con ojos llorosos.

– imposible... Su cuerpo está arriba... Ella está muerta – el sufrimiento la ahogaba.

– ¿ crees?– le dije.

La abrazó con demasiada fuerza.

– oh, dios mio.... Es mi bebé. En verdad eres tú Eider... – sollozaba.

Finale (Parte II)Where stories live. Discover now