Finale (Parte II)

Nora:

Tiempo después...

Venía con Patch de regreso de la escuela de ballet de kath en la camioneta.

A diez minutos de llegar a la casa nos topamos con un venado muerto tapando el paso.

Patch maldijo en voz baja y bajó de la camioneta para moverlo.

Desprendió un olor putrefacto que me revolvió el estómago.

– cubre tu nariz katherine – le dije a mi pequeña.

– ¿ está muerto?– preguntó.

– sí. – respondí. – ¿ es que no lo hueles.?

Patch regresó a la camioneta. Aceleró sin decir nada.

No me sentía bien. Ver ese venado muerto me alteró, estaba muy susceptible desde la muerte de mi bebé.

Patch volteó a verme y regresó su mirada a la carretera.

– ¿ está todo bien?– preguntó.

– ese maldito olor se quedó en mi nariz. – me la cubrí con un pañuelo.

Patch miró a katherine por el retrovisor e intercambiaron una mirada.

– ¿ podrías apresurarte a llegar a casa? No soporto estar más en la camioneta.– pregunté lo más paciente que pude.

Aumentó la velocidad sin decir ni una sóla palabra.

Llegué desabroché el cinturón de katherine, bajó y cerré su puerta.

– necesitas que te lleve con un médico , pastillas...?

– no. Estaré bien. Sólo no me cayó nada bien ese venado muerto.

Me abrazó .

–como quieras.

Percibí aquel olor de su ropa.

– fuiste a Bo?

– ayer. ¿ por qué lo preguntas?

– hueles a tabaco.
Le causó gracia.

– bueno, estoy utilizando ropa diferente a la de ayer y esta mañana me duché.

– entonces , has comenzado a fumar.– aseguré.
Otra risita más. ¿ qué le resultaba gracioso?

– No, amor.  Cuando saliste con katherine de su escuela se estaban marchando unos tipos que estaban fumando cerca de mí, aunque no lo suficiente cerca para que el olor se haya impregnado.

– pues se quedó. Iré acostarme , mi estómago está revuelto.

Patch asintió dándome un beso en mis labios.

Me cayó muy bien la suavidad de mi cama pues me hizo quedar profundamente dormida.

***

Desperté de golpe por culpa de un mal sueño.

Me quedé sentada en la orilla de la cama.
Miré a mi alrededor en busca de Patch pero no estaba.

Escuché un llanto que puso todos mis sentidos alerta.

Sonaba igual a...

Otra vez el mismo llanto. Me levanté siguiéndolo pero no había nada.

– es tu imaginación Nora. No puedes seguir con las alucinaciones, Damián está muerto.

Me causó un gran dolor decirlo.

Pero el sonido no cesaba.

Salí de la casa, su llanto se hacía eco.