Finale (Parte II)

nora:

Después de que katherine se haya quedado dormida y de que Patch la haya acostado en mi habitación, salimos al pasillo.

Me explicó lo que habíamos hecho en el pasado para que él pudiera sentir. Una vez llevándolo a cabo y que él pudiera sentir como por truco de  magia , me acarició . notando una extraña adoración en sus ojos.

Me acorraló contra la pared y su cuerpo.

– me debes algo.– me recordó con voz grave.

– katherine está en la cama.– le dije. Mis piernas temblaban. Estaba nerviosa, esto iba a ser como mi primera vez. Sé que no es así pero yo no lo recordaba.

Sonrió de un sólo lado. Era una sonrisa, coqueta, pícara.

– ¿ nunca lo has hecho en otro lugar que no sea una cama? Que tomando en cuenta que, obvio nos hemos acostado. Deduzco que claro que lo hemos hecho en otros lugares.– apoyó una mano en la pared y con la otra me jaló más cerca de él. – siempre me ha gustado probar cosas nuevas.

Su aroma, su aliento... Olía tan bien. Sexy. Me atraía y demasiado.

– ¿ qué tienes en mente?– pregunté con mi voz entre cortada.

Inclinó su ceja, señalándome el baño.

Lo miré de inmediato. Creo que mi nerviosismo era muy notable por que de otra manera, no me explicaría su sonrisa contenida.

– ¿ nerviosa?– preguntó coqueto.

No quería que me notara insegura.

– No – respondí con toda la determinación que pude.

– mentirosa – tentó.

No me iba a ver insegura.
Lo jale bruscamente hacia mis labios. Lo besé de una manera tan caótica y sensual que me siguió el ritmo o superó.

Me levantó de la cadera, nos llevó hasta el baño y cerró la puerta de una patada. Me sentó sobre la repisa, tirando todo de lado.

Sus manos estaban en mi espalda, por debajo de mi blusa, acariciando. Se sentían tan cálidas y poderosas.

Su boca estaba en mi cuello, plantando besos desde mi clavícula hasta mi quijada.

Se deshizo de mi blusa y con un movimiento hábil también de mi sostén.

Traté de cubrirme discretamente pegándome más a él , pero no lo pasó por desapercibido.

– Deja que tus sentidos piensen por ti. – dijo pegado a mi cuello pero sabía que me observaba todo mi torso.

Se quitó su camisa y me abrazó levantándome. Sólo lo suficiente para deshacerse de mis jeans.

Sentir su piel pegada a la mía, su calidez, su aroma, por que desprendía un olor fascinante, hizo que se alocaran todos mis sensaciones.

Ahora sólo lo quería en mi.

Le desabroché los vaqueros, él levantó sus manos , dándome paso libre. Mientras emitía una ligera carcajada de placer. Hasta que lo desnude.

Mientras me preparaba para reclamarme como suya, sentí que mis piernas hormigueaban.

– se entumen mis piernas– apenas si pude hablar.

Me levantó, sosteniéndome de la cadera. Me recargó en la pared y pasó sus manos por debajo de mis rodillas , intentó varias veces. Desesperado por no lograr entrar .

– relajate. – salió su voz en un suspiro, cortado. Sentí su respiración en mi oído y logró su propósito.

Me privé de todo pensamiento. En lo único que era consciente  era de lo que me estaba haciendo sentir.

Estaba provocando que todas mis terminaciones nerviosas temblaran. Cada rocé con su piel me hacía sentir morir de placer. Y de sus acciones ni se diga.

Oleada tras oleada de éxtasis me  invadían.

Se escuchó un ruido y paró en seco. Abriendo todos nuestros sentidos para determinar qué lo había provocado.

Esperamos... Pero no sentimos a nadie.

– sólo fue un ruido. Es una casa vieja.– explicó.

– no me importa. Continúa. – le ordené.

Y obedeciendo, gruñía  y se quejaba pero no de dolor , sino de placer en el acto.

– me estás enloqueciendo – dijo en mi oído – te tengo y cada vez quiero más y más sin poder parar.

– no quiero que pares – respondí con mi adrenalina al límite.

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Nos estábamos vistiendo cuando se escuchó que la puerta de mi habitación se abrió.

Los dos miramos hacia la puerta y salimos sigilosamente.

Patch iba adelante de mi y con una seña me indicó que no hiciera ruido. Miré adelante de él.

Era katherine. Caminando con sus ojos en blanco, rumbo al ático.

La seguimos hasta que Patch vio cuando subió a la ventana, lista para arrojarse.

Corrió hacia ella y la detuvo. Kath no volvió a la realidad. Sólo cerró sus ojos. Cayendo en el sueño de nuevo.

Patch la cargaba.

– tuvimos suerte de verla a tiempo. – suspiré con alivio.

– vaya que si.– dijo.

La llevó de nuevo a la cama. La abrigué y besé su frente.

Patch estaba parado a un par de metros de la cama. Fui hasta él y lo abracé. Me cubrió con sus brazos fuertes.

– te amo.– le dije sinceramente. Me salió directo del corazón.

– es un placer volverme a enamorar de ti – sonrió.

– odio arruinar el momento pero mi madre llegará en un par de horas.

Patch asintió.

– me la llevaré. – dijo .

– ¿ qué? No.– dije de golpe. No quería que se la llevara.

– ángel – me tomó del rostro.– tu mamá no puede verla, mucho menos Hank. Si lo hacen ... Hank habrá descubierto nuestro talón de aquiles. Nuestros hijos.– explicó.

– tú lo has dicho. Hank no mi madre.

– entre menos sepa ella mejor. Hank puede manipular su mente fácilmente.

Suspiré con pesar.

– cuándo conoceré a Eider y a Brooklyn. ?– pregunté.

Me besó.

– mañana. Vendré por ti en la tarde.

Negué.

– Hank estará aquí. Te veré un par de calles más abajo.

Asintió dándome otro beso.

Fue a cargar a katherine. Le coloqué encima una manta de punto, para protegerla del frío.

– cuidalas. – le dije en la puerta de la entrada.

Se devolvió y me besó otra vez.

– no te preocupes .

Lo observe desde la entrada.

  Reclinó el asiento hacia atrás y acostó a katherine en el asiento del copiloto. La cubrió bien y cerró la puerta.

Y se marcharon.

Suspiré en la soledad de la casa. Definitivamente mi vida estaba al lado de ellos.